En las últimas dos décadas, China ha consumido grandes cantidades de materias primas. Con una población creciente y más rica, el país necesita más productos lácteos, cereales y carne, y sus industrias gigantes requieren energía y metales. Sin embargo, la economía china ha sido afectada recientemente por una mala gestión política y una crisis inmobiliaria. A pesar de que los funcionarios chinos aseguran querer alejarse de industrias intensivas en recursos, el apetito del país por productos de primera necesidad no solo no ha disminuido, sino que ha aumentado.
El año pasado, las importaciones de recursos básicos de China alcanzaron niveles récord, y las importaciones totales de productos básicos aumentaron un 16% en volumen. Este año, han crecido otro 6% en los primeros cinco meses. Esto no refleja un consumo creciente, sino que China parece estar acumulando materiales rápidamente en un momento en que las materias primas son costosas, probablemente debido a preocupaciones geopolíticas, como la posibilidad de que un presidente estadounidense hostil pueda bloquear rutas de suministro cruciales para China.
Este temor es comprensible, ya que China depende en gran medida de recursos extranjeros. Aunque es un centro mundial de refinación de muchos metales, importa gran parte de la materia prima necesaria, desde el 70% de la bauxita hasta el 97% del cobalto. Además, China depende de energía importada, importando el 40% de su gas natural y el 70% de su petróleo crudo. En cuanto a alimentos, menos de dos tercios de lo que consumen los ciudadanos chinos se produce en el país. Importa el 85% de la soja que utiliza para alimentar a sus cerdos, y casi toda su demanda de café, aceite de palma y algunos productos lácteos depende de agricultores extranjeros.
La amenaza de una victoria de Donald Trump en noviembre y la necesidad de stockear los recursos chinos
Con la posibilidad de que Trump regrese al poder, China se prepara para un entorno más hostil. Podría enfrentar restricciones en exportaciones de alimentos y metales por parte de Estados Unidos y otros proveedores como Argentina, Brasil, Australia y Chile. La mayoría de las importaciones de materias primas de China pasan por unos pocos estrechos que Estados Unidos podría bloquear con buques militares.
China está ampliando su infraestructura de almacenamiento, tanto pública como privada. Desde 2020, su capacidad de almacenamiento de crudo ha aumentado de 1,700 millones a 2,000 millones de barriles, y su capacidad de almacenamiento de gas subterráneo ha crecido a 15,000 millones de metros cúbicos, con un objetivo de 55,000 millones para el próximo año. China también está construyendo tanques para gas licuado a lo largo de su costa. JPMorgan Chase estima que la capacidad total de almacenamiento de gas alcanzará los 85,000 millones de metros cúbicos para 2030.
China está llenando estas instalaciones y ha dejado de publicar datos sobre muchas materias primas. El Departamento de Agricultura de Estados Unidos estima que las reservas de trigo y maíz de China representarán el 51% y el 67% de las existencias mundiales al final de la actual temporada de cultivo, suficientes para cubrir al menos un año de demanda. Las reservas de soja se han duplicado desde 2018 y se espera que alcancen los 42 millones de toneladas.
China también ha estado acumulando metales y combustible. Tom Price, del banco Panmure Liberum, estima que la acumulación de inventarios de China desde 2018 podría cubrir entre el 35% y el 133% de su demanda anual, dependiendo del metal. A finales de la primavera, China tenía 25,000 millones de metros cúbicos de gas almacenados, suficiente para 23 días de consumo, y se espera que esta cobertura alcance los 28 días en 2030.
Este almacenamiento preocupa a los estadounidenses, no solo por su potencial impacto en la inflación al elevar los precios de las materias primas, sino también porque los suministros que China acumula podrían ser necesarios en un conflicto prolongado, como un bloqueo a Taiwán. Gabriel Collins, ex analista del Departamento de Defensa de Estados Unidos, señala que esto, junto con el fortalecimiento militar de China, es preocupante. Sin embargo, por ahora, el acaparamiento parece ser una medida defensiva, ya que aún no está a la escala necesaria para garantizar la seguridad en un conflicto abierto. Los funcionarios estadounidenses deben esperar que esto no cambie en los próximos años.
Te puede interesar: China exige a Filipinas que retire los buques de guerra varados en el arrecife de Ayungin “para evitar su contaminación”
Fuente: The Economist
Si describieron todo eso YA DEJO DE SER UN SECRETO