La Marina de los Estados Unidos se encuentra trabajando desde hace tiempo en la aceleración de adquisición y entrega de drones a través de programas como Replicator, buscando enviar sistemas no tripulados a sus Comandos (como el Indo-Pacífico) antes de agosto de 2025.
No obstante, este tipo de estrategias han sido criticadas en gran parte por impedir que el Pentagono destine su propio presupuesto a la adquisición de armamento, o que “aprenda” a sobrellevar la demanda sin depender de un servicio tercerizado.
Lo cierto es que el objetivo de la subcontratación para la Marina estadounidense es hoy una necesidad más que una alternativa, considerando el colapso relativo del gasto en investigación y desarrollo para la defensa. A modo de ejemplo, la fuerza pasó del 36% de los dólares de investigación global en 1960 hasta alrededor del 3% hoy día.
En este contexto, es habitual para la Marina -y a nivel general- utilizar proveedores comerciales que no trabajen con programas ligados a la seguridad de la Nación, pero que logran adaptarse a la estrategia de defensa estadounidense.
Un ejemplo de la experimentación de la Marina con el mando y el control parcialmente privatizados es el caso de Starlink, luego de que el Departamento de Defensa anunciara una versión militar del servicio de Internet por satélite (Starshield). Además, se informó que la Marina está trabajando con SpaceX a bordo de sus terminales.
Existen multiples ejemplos de la aplicación de defensa derivada de un servicio que no es de defensa, que permiten a la Marina y al Departamento asumir menos de la carga de desarrollo de estos programas. Sin dudas, esta realidad refleja la necesidad estadounidense de adquirir sistemas que traen consigo la perspectiva de nuevas tecnologías y nuevos diseños operativos, pero también nuevos modelos de negocio con mayor rapidez.
La pregunta principal radica en si Estados Unidos busca cambiar este panorama en el futuro próximo para evitar sofocar la innovación a nivel pais en materia de defensa, o si bien busca continuar con la tercerización con sus consiguientes beneficios y riesgos, representan un cambio en la forma en que la Marina piensa sobre el mando y el control de sus servicios o de flujos de datos.
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