El Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela confirmó anoche la reelección del presidente Nicolás Maduro para su tercer mandato consecutivo de seis años, tras obtener 5,15 millones de votos (51,2%) en el escrutinio de 80% de los votos, según información oficial. Sin embargo, en medio de denuncias de fraude por parte de la oposición liderada por Edmundo González Urrutia, que recibió 4,45 millones de votos (44,2%) con una participación del 59%, se ha generado una ola de críticas internacionales y posturas encontradas entre varios líderes regionales.
En este sentido, el presidente de Chile, Gabriel Boric, fue uno de los primeros en expresar sus dudas, señalando en su cuenta oficial de X: “El régimen de Maduro debe entender que los resultados que publica son difíciles de creer. La comunidad internacional y sobre todo el pueblo venezolano, incluyendo a los millones de venezolanos en el exilio, exigimos total transparencia de las actas y el proceso, y que veedores internacionales no comprometidos con el gobierno den cuenta de la veracidad de los resultados”.
En un tono similar, el presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, reprochó el proceso electoral y declaró que “el proceso hasta el día de la elección y el del escrutinio claramente estuvo viciado”. Lacalle Pou subrayó que no se puede reconocer un triunfo si no se confía en los mecanismos utilizados para alcanzarlo.
Desde Perú, el canciller Javier González-Olaechea afirmó: “Condeno en todos sus extremos la sumatoria de irregularidades con voluntad de fraude por parte del gobierno de Venezuela. El Perú no aceptará la violación de la voluntad popular del pueblo venezolano”. Además, advirtió que varios países de la región se encuentran coordinando acciones conjuntas para respetar “la voluntad del pueblo venezolano expresada ayer”, y anunció que el Gobierno peruano retirará a su embajador en Caracas.
Por su parte, el presidente de Guatemala también expresó dudas sobre los resultados de la elección y expresó a través de su cuenta de X: “Venezuela merece resultados transparentes, certeros y apegados a la voluntad de su pueblo. Recibimos con muchas dudas los resultados anunciados por el CNE. Por eso, son imprescindibles los informes de las misiones de observación electoral, que hoy más que nunca, deben defender el voto de los venezolanos”.
Desde el Gobierno de Costa Rica rechazaron categóricamente la proclamación de Nicolás Maduro, considerándola fraudulenta. La administración costarricense expresó su compromiso de trabajar en conjunto con otros Gobiernos democráticos y organismos internacionales para garantizar que se respete la voluntad del pueblo venezolano.
En Argentina, el presidente Javier Milei, manifestó su postura antes de que se conocieran los resultados oficiales. En su cuenta oficial de X, el mandatario argentino señaló: “DICTADOR MADURO, AFUERA!!! Los venezolanos eligieron terminar con la dictadura comunista de Nicolás Maduro. Los datos anuncian una victoria aplastante de la oposición y el mundo aguarda que reconozca la derrota luego de años de socialismo, miseria, decadencia y muerte“. Y concluyó que Argentina no reconocerá “otro fraude”.
En contraste a estas posturas, algunos aliados de Maduro en Latinoamérica, como el presidente de Bolivia, Luis Arce, y la presidenta de Honduras, Xiomara Castro, felicitaron al líder venezolano por su victoria. En Bolivia, Arce felicitó a su homólogo venezonalo, y ratificó su voluntad de “continuar fortaleciendo nuestros lazos de amistad, cooperación y solidaridad con la República Bolivariana de Venezuela, en el marco de la integración soberana de nuestros pueblos y en el objetivo compartido de avanzar hacia un mundo multipolar”.
En Honduras, Xiomara Castro afirmó: “Nuestra especial felicitación y saludo Democrático, Socialista y Revolucionario al Presidente
@NicolasMaduro y al valiente pueblo de Venezuela por su inobjetable triunfo, que reafirma su soberanía y el legado histórico del Comandante @chavezcandanga”.
Por su parte, desde la Cancillería de Colombia indicaron: “El gobierno de Colombia apoya al pueblo venezolano, exalta y celebra su alta participación en Paz y de manera tranquila en las elecciones presidenciales de hoy. Nuestro embajador y jefes de misión consular recorrieron algunos de los puestos de votación acompañando esta determinante jornada electoral“.
Mientras que el último Gobierno en pronunciarse fue el de Brasil, a través de un comunicado oficial emitido por la Cancillería, expresaron: “El gobierno brasileño acoge con satisfacción el carácter pacífico de la jornada electoral de ayer en Venezuela y está siguiendo de cerca el proceso de recuento. También reafirma el principio fundamental de la soberanía popular, que debe observarse mediante una verificación imparcial de los resultados”. Además, pidió la publicación por parte del Consejo Nacional Electoral de los datos desglosados por mesa electoral, con el fin de asegurar “la transparencia, credibilidad y legitimidad de los resultados electorales”.
Se acentúa la grieta ideológica en América Latina
Si bien existió un pronunciamiento oficial desde los Ministerios de Relaciones Exteriores de Brasil y Colombia, el presidente Gustavo Petro, junto a su homólogo de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, todavía mantienen silencio. En este contexto, es el silencio del presidente de Brasil lo que resulta ser algo notable, dada la histórica relación de Lula con el chavismo, no sólo por importancia del país en América Latina sino también por la enorme influencia que ejerce como líder regional.
Lo cierto es que las diversas reacciones a la reelección de Nicolás Maduro muestran una vez más la polarización que existe en América Latina, donde los lineamientos ideológicos siguen marcando las posturas internacionales frente a la crítica situación que atraviesa Venezuela. Este resultado electoral podría tener implicancias significativas para el futuro de América Latina, reforzando la grieta ideológica existente y potenciando la tensión entre los distintos Gobiernos en la región.
Además, la imposibilidad de consolidar una postura y estrategia común entre los líderes latinoamericanos frente a la continuidad de Maduro, podría ser el impulso que lleve a Venezuela a profundizar alianzas estratégicas con otros países como Rusia. Mientras que la oposición venezolana deberá buscar en sus aliados regionales – y también necesariamente internacionales – seguir presionando por un cambio democrático en el país.
Tras estas elecciones, el escenario que le espera a Venezuela es una profundización de lo que ya viene atravesando desde hace una década: bloqueos económicos, particularmente por parte de Estados Unidos, rupturas políticas y diplomáticas con varios países de la región y un desconocimiento internacional de los resultados. Todos estos factores terminarán por acentuar el aislacionismo de Venezuela en la comunidad internacional.
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