La ONU ha solicitado acelerar el despliegue de fuerzas de seguridad internacionales en Haití tras un informe que revela que al menos 1,379 personas fueron asesinadas o heridas en enfrentamientos entre bandas armadas y 428 personas fueron secuestradas en el país entre abril y junio de este año.
Aunque el número de víctimas de las facciones en conflicto había disminuido en los últimos meses, el reclutamiento de niños por las bandas y las tasas de violencia sexual estaban aumentando, según el informe trimestral. Las bandas armadas controlan gran parte de la capital haitiana desde que el expresidente Jovenel Moïse fue asesinado en julio de 2021, por lo que obligaron a su sucesor, Ariel Henry, a dimitir en abril de este año al paralizar la nación con una ola de violencia sin precedentes.
Para restaurar el orden y facilitar la celebración de elecciones libres el próximo año, el 25 de junio se desplegó en Puerto Príncipe el primer destacamento de un grupo de trabajo internacional supervisado por la ONU.
A pesar de los esfuerzos internacionales, Haití continúa bajo una ola de violencia sin precedentes
Las nuevas cifras sugieren que el caos que azotó al país en abril parece haber disminuido tras la salida de Henry, ya que los asesinatos han disminuido un 45% en los tres meses posteriores a su dimisión. Sin embargo, los tiroteos callejeros y las violaciones de derechos humanos continúan, especialmente en Puerto Príncipe, donde se concentran la mayoría de los combates y donde se registró el 88% de las muertes y heridas.
Las bandas armadas han sitiado barrios y han asesinado a civiles sospechosos de colaborar con la policía o con grupos de defensa civil.
En un período de 11 días, 128 personas, incluidos 13 niños, fueron asesinadas o heridas en Solino, un distrito de clase media donde la coalición de pandillas más poderosa, Viv Ansanm (Vivir Juntos), competía con un grupo de autodefensa por el control.
El mes pasado, ONU Mujeres advirtió sobre la extrema vulnerabilidad y las “alarmantes condiciones de vida y falta de seguridad” que enfrentan las 300,000 mujeres y niñas haitianas desplazadas por la violencia sin servicios básicos de seguridad y salud. La creciente violencia contra los niños era “particularmente preocupante”, añade el nuevo informe. Cuarenta y nueve niños y niñas fueron asesinados o heridos entre abril y junio, y algunos murieron tras ser reclutados como combatientes.
Aún así, la misión internacional busca lograr resultados contundentes
Diego Da Rin, especialista en Haití del International Crisis Group, dijo que la llegada de las fuerzas kenianas a Haití había resultado en algunas “pequeñas victorias” tempranas contra los grupos armados y había demostrado que podían ayudar a cambiar el rumbo.
Con el apoyo de nuevos agentes y vehículos blindados, la policía ha comenzado a patrullar zonas que las fuerzas nacionales de Haití habían abandonado anteriormente, incluido el territorio de las bandas. Sin embargo, para derrotar a las bandas y liberar a los millones de haitianos que están bajo su control se necesitarán miles de agentes más.
Las Bahamas, Bangladesh, Barbados, Belice, Benin, Chad y Jamaica también han ofrecido enviar fuerzas a Haití, pero la iniciativa se ha visto frenada por la oposición política interna y la falta de fondos. La ONU ha recaudado 21 millones de dólares y los funcionarios de Kenia calculan que el coste de su propia misión ascenderá a 600 millones de dólares (470 millones de libras esterlinas).
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Fuente: The Guardian