China ha reconocido que un barco de propiedad china dañó un importante gasoducto en el Mar Báltico, el cual conecta Estonia y Finlandia, en octubre del pasado 2023, aunque sostiene que el incidente fue accidental. El South China Morning Post informó que las autoridades chinas llevaron a cabo una investigación interna y compartieron recientemente los resultados con los gobiernos de los países europeos involucrados. Según el informe en chino, el daño fue causado por una fuerte tormenta.
Una portavoz de la fiscalía estonia indicó que el documento no ha sido enviado a su oficina y que “no puede usarse como prueba en una investigación penal en Estonia”. Kairi Küngas, jefa de relaciones públicas, agregó que se ha solicitado asistencia jurídica a China para obtener pruebas del buque y su tripulación, pero las autoridades chinas aún no han respondido.
Por su parte, una portavoz de la Oficina Nacional de Investigación de Finlandia (NBI) declinó confirmar si han recibido el documento, pero mencionó que su investigación sigue en curso, cooperando con las autoridades chinas. El NBI también ha solicitado asistencia jurídica a China, y los resultados de la investigación final determinarán si el incidente fue un fallo técnico, negligencia, mala marinería o un acto deliberado.
Los detalles del incidente
Las autoridades de Estonia y Finlandia señalaron que el barco habría arrastrado su ancla por el fondo marino, cortando un gasoducto crucial y dañando también dos cables de telecomunicaciones entre ambos países, la noche del 7 de octubre o la mañana del 8 de octubre. Investigadores finlandeses indicaron que se encontró un “rastro de arrastre de 1,5 a 4 metros de ancho” que conducía al punto de daño en el gasoducto, junto a un ancla que se cree causó el daño.
El incidente ocurrió en un contexto de creciente desconfianza entre los países bálticos hacia China, en gran parte debido a sus estrechos lazos con Rusia tras la invasión de Ucrania. Esto ha deteriorado aún más las relaciones entre China y la Unión Europea. Los daños en el gasoducto también han generado preocupaciones sobre la vulnerabilidad de la infraestructura submarina, especialmente después de la destrucción de los gasoductos Nord Stream 1 y 2, que conectan Rusia y Alemania, en septiembre de 2022.
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Fuente: South China Morning Post