La administración Biden ha decidido poner fin a su suspensión de años sobre los envíos de armas ofensivas a Arabia Saudita, autorizando un primer envío de municiones aire-tierra y afirmando que considerará futuras transferencias adicionales “caso por caso”, según altos funcionarios de la administración.
La venta de ciertos tipos de armas ofensivas se había congelado a principios de 2021 como una forma de expresar la desaprobación de la administración hacia la guerra saudí contra los hutíes, respaldados por Irán, en Yemen y los ataques contra objetivos civiles en ese país. Desde que se alcanzó una tregua mediada por las Naciones Unidas en la primavera de 2022, “no ha habido un solo ataque aéreo saudí en Yemen, y el fuego transfronterizo desde Yemen hacia Arabia Saudita se ha detenido en gran medida”, explicó un alto funcionario.
Reuters fue el primer medio en informar sobre la decisión, basándose en información de cinco fuentes. El gobierno notificó al Congreso esta semana su decisión de levantar la prohibición, según un asistente del Congreso. Una fuente señaló que las ventas podrían reanudarse la próxima semana, mientras que otra persona con conocimiento del asunto informó que el viernes por la tarde el gobierno de Estados Unidos ya estaba avanzando con las notificaciones sobre una venta.
De acuerdo con la ley estadounidense, los principales acuerdos internacionales de armas deben ser revisados por miembros del Congreso antes de ser definitivos. En los últimos años, tanto legisladores demócratas como republicanos han cuestionado el suministro de armas ofensivas a Arabia Saudita, citando el impacto de la campaña en Yemen sobre los civiles y varias preocupaciones de derechos humanos. Sin embargo, esa oposición ha disminuido debido a la agitación en Medio Oriente tras el ataque mortal de Hamás contra Israel el 7 de octubre y los cambios en la conducción de la campaña en Yemen. Desde que los saudíes y los hutíes acordaron una tregua liderada por la ONU en marzo de 2022, no ha habido ataques aéreos saudíes en Yemen, y el fuego transfronterizo desde Yemen hacia Arabia Saudita se ha detenido en gran medida, según un funcionario de la administración.
Las razones detrás de esta decisión
La guerra en Yemen se considera una de varias luchas indirectas entre Irán y Arabia Saudita. Los hutíes expulsaron a un gobierno respaldado por Arabia Saudita de Saná a fines de 2014 y han estado en guerra contra una alianza militar liderada por Arabia Saudita desde 2015, un conflicto que ha causado cientos de miles de muertes y ha dejado al 80% de la población de Yemen dependiente de ayuda humanitaria. Biden adoptó una postura más firme sobre las ventas de armas a Arabia Saudita en 2021, citando la campaña del reino contra los hutíes alineados con Irán en Yemen, que ha provocado numerosas bajas civiles.
Desde entonces, los lazos entre Arabia Saudita y Estados Unidos se han estrechado, ya que Washington ha trabajado más estrechamente con Riad tras el ataque de Hamás el 7 de octubre para diseñar un plan para Gaza en la posguerra.
La decisión se produce en un contexto de mayor tensión en la región desde fines del mes pasado, cuando Irán y el poderoso grupo Hezbolá, respaldado por Irán, prometieron represalias contra Israel después del asesinato en Teherán del líder político de Hamás, Ismail Haniyeh. Los hutíes han emergido como un fuerte aliado del grupo islamista palestino Hamás en su conflicto contra Israel. A principios de este año, atacaron barcos comerciales que, según ellos, estaban vinculados a Israel o se dirigían a puertos israelíes.
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Fuente: The Washington Post / Reuters