Ucrania ha cobrado confianza tras su avance en territorio ruso. Sin embargo, el progreso se ha desacelerado en los últimos días: las fuerzas ucranianas podrían estar consolidando sus líneas de suministro, o tal vez no tengan claro qué viene después. Ante esto, presos ucranianos pelean en Kursk frente a las tropas rusas.

Unidad de presos ucranianos peleando en el frente

El oficial Kishak y sus prisioneros llegaron a la región el 10 de agosto, apoyando a la fuerza de ataque compuesta por soldados de élite que ingresaron en Rusia el 6 de agosto. Actualmente, la unidad está combatiendo más al norte de la incursión principal en Sudzha.

El oficial está a cargo de una de las unidades más inusuales en la operación Kursk, que lleva una semana en Ucrania. No se trata sólo de su estilo de mando desenfrenado. Una cuarta parte de su unidad de 200 hombres son convictos, liberados bajo un nuevo plan que intercambia sentencias por servicio. Hace tres meses, los hombres estaban en prisión. Ahora están en su primera misión, luchando dentro de Rusia.

“Sudzha sigue siendo la prioridad. No tenemos tropas para desperdiciar” dice Kishak. Después de todo, la grave escasez de personal fue la razón principal por la que Ucrania decidió en mayo seguir el ejemplo de Rusia y permitir que los convictos cumplieran condena combatiendo.

Sasha Bakhmut, un hombre de 55 años del centro de Ucrania, fue uno de los prisioneros que apoyó la nueva ley. Había sido encarcelado a finales de 2021 por disparar a un hombre. Cuando la guerra estalló tres meses después, solicitó a un tribunal que le permitiera unirse al frente. Finalmente, tuvo la oportunidad de luchar en Rusia. “Es difícil describir la sensación. Es simplemente abrumadora. Llegamos aquí. Y no solo llegamos, sino que cruzamos la frontera. Demostramos que somos una nación valiente”.

La guerra como segunda oportunidad

El comandante afirma que el éxito inicial del experimento demuestra que es correcto dar una segunda oportunidad a las personas. Solo hace dos excepciones: los violadores y Vladimir Putin. Hay un proceso de investigación exhaustivo, pero una vez que el soldado entra, ya está dentro. Los convictos tienen los mismos derechos que los soldados comunes. El comandante, proveniente de una familia de guerreros, dice que ofrece un amor estricto. “A veces es necesario gritar u ordenar a alguien que haga ejercicio, pero lo haces para mantenerlo con vida”.

Los convictos consideran que sus nuevas carreras les han dado un renovado sentido de propósito. El oficial Kishak aconseja a sus hombres que estén preparados para lo inesperado, y que las operaciones de Ucrania podrían llevar a cabo cualquier cosa en el futuro. “Siempre he soñado con abrir una tienda de kebab en Moscú”.

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Redacción
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