A lo largo de esta semana, EE.UU. y Corea del Sur iniciaron ejercicios aéreos conjuntos con un principal objetivo: disuadir a su vecino del Norte. Se espera que más de 200 aviones surcoreanos y estadounidenses vuelen sin descanso, siendo el mayor número de vuelos de entrenamiento entre aliados.
La realización de este ejercicio se enmarca en las maniobras anuales tituladas “Ulchi Freedom Shield”, que se llevarán a cabo hasta el próximo 29 de agosto. El objetivo es mejorar la preparación conjunta de ambos ejércitos frente a las amenazas regionales, realizando vuelos de patrulla, escenarios de combate aéreo, simulacros de intercepción de aeronaves enemigas, etc.
Otra de las actividades focales del ejercicio es la defensa bilateral contra misiles crucero, considerando el incremento de las capacidades tácticas de Corea del Norte en los últimos años. Asimismo, el vecino del Norte ha impulsado múltiples modernizaciones en torno a artillería y programas de misiles balísticos.
En este contexto, Corea del Norte ha denunciado este entrenamiento en múltiples ocasiones por “avivar las tensiones existentes” y ser “un ensayo de guerra nuclear”.
No obstante, los reclamos norcoreanos no parecen ser un impedimento para Estados Unidos, que resaltó que 28.500 soldados ya se encuentran en Corea del Sur para realizar estas maniobras de defensa combinada.
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