Alemania está investigando la presencia de drones sospechosos de ser de origen ruso, que han sido avistados sobre instalaciones nucleares en el norte del país. Estos drones, aún no identificados, han sobrevolado plantas nucleares en Brunsbüttel, una localidad al norte de Hamburgo, cercana al Mar del Norte, según reportes del diario alemán Bild.

El periódico informó que la fiscalía de Flensburg, que ha iniciado una investigación sobre estos vuelos, está examinando posibles actividades de sabotaje relacionadas con estos drones. La policía criminal del estado de Schleswig-Holstein sospecha que se trata de drones rusos Orlan-10, conocidos por su uso en vigilancia y espionaje, según Bild.

El espacio aéreo sobre las infraestructuras nucleares en Alemania está restringido, pero documentos internos de la policía revelan que esta zona ha sido violada en repetidas ocasiones durante el último mes.

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En respuesta al aumento de amenazas de sabotaje, Alemania ha intensificado sus medidas de seguridad en los últimos meses. Por ejemplo, el 14 de agosto, una parte de una base militar en Colonia fue temporalmente cerrada después de que un intruso desconocido manipuló el suministro de agua. Aún no se sabe quién fue el responsable ni sus motivos.

Alemania, uno de los mayores apoyos de Ucrania en el conflicto con Rusia, ha permitido recientemente que Ucrania use armas y equipos proporcionados por Alemania como parte de su ofensiva en Kursk. A principios de este año, Alemania anunció un paquete de ayuda militar de 542 millones de dólares para Ucrania, incluyendo municiones para el sistema de defensa aérea IRIS-T.

En el conflicto en Ucrania, los drones han sido un elemento crucial para ambos bandos. Ucrania los ha utilizado para atacar infraestructuras rusas y derribar aeronaves, mientras que los suministros de petróleo rusos han sido vulnerables a estos ataques. Un ataque con drones el 18 de agosto provocó un incendio de tres días en una instalación de combustible en Proletarsk, que requirió la intervención de más de 500 bomberos.

Los ataques con drones han llegado incluso a Moscú, donde Rusia reportó haber destruido 45 drones que sobrevolaban la capital el 21 de agosto. Los drones rusos Orlan-10, usados previamente para vigilancia, tienen un alcance de 500 a 600 kilómetros y pueden volar a más de 100 kilómetros por hora.

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Fuente: Newsweek

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