En un escenario de creciente tensión global, Filipinas podría convertirse en un objetivo estratégico en caso de una confrontación nuclear entre Estados Unidos y China. Así lo advierten analistas internacionales, quienes subrayan que la posición geográfica del archipiélago, junto con sus profundos lazos militares con Washington, lo colocan en una situación de alto riesgo en caso de un conflicto entre ambas potencias.
En las últimas semanas, informes alarmantes han circulado respecto a las estrategias que el presidente estadounidense, Joe Biden, estaría desarrollando para contrarrestar una posible coalición nuclear entre China, Rusia y Corea del Norte. Esta tríada de potencias nucleares representa una amenaza significativa para la seguridad global, y en este contexto, Filipinas emerge como un potencial blanco de ataque debido a su proximidad y su relación estratégica con Estados Unidos.
Riesgos inminentes para Filipinas
Ramon Beleno III, director del Departamento de Ciencias Políticas e Historia de la Universidad Ateneo de Davao, ha señalado que Filipinas podría sufrir daños colaterales, incluso si no es un objetivo directo. “Independientemente de si se trata de una amenaza inmediata o directa, nos veremos afectados”, afirmó Beleno, subrayando que la cercanía de Filipinas a Taiwan y su papel como aliado militar de Estados Unidos lo convierte en un objetivo casi inevitable.
El académico remarcó que la decisión de Manila de permitir el acceso estadounidense a sus bases militares y la reciente instalación de un nuevo sistema de misiles en territorio filipino son factores que agravan aún más la situación. En este sentido, Beleno instó al gobierno del presidente Ferdinand Marcos Jr. a reconsiderar su política exterior y adoptar una postura de neutralidad en caso de un conflicto entre superpotencias nucleares. “Si tenemos que elegir un bando, será el de la paz”, concluyó.
El rol del Sistema de Defensa
Joshua Espeña, miembro residente y vicepresidente del grupo de reflexión sobre Desarrollo Internacional y Cooperación en materia de Seguridad, ha advertido que en caso de un enfrentamiento nuclear, es probable que China ataque objetivos militares clave en Filipinas, como bases aéreas y astilleros. “El Ejército Popular de Liberación podría utilizar señuelos para engañar a los sistemas de inteligencia y vigilancia aliados”, explicó Espeña, destacando la necesidad de que Filipinas refuerce sus capacidades de defensa aérea y guerra electrónica.
Sin embargo, Espeña subraya que la defensa de Filipinas no puede depender exclusivamente de los sistemas estadounidenses de alcance medio, conocidos como MRC, los cuales podrían no ser suficientes para interceptar armas nucleares tácticas en pleno vuelo. Por ello, el experto sugiere que las Fuerzas Armadas filipinas fortalezcan sus propios sistemas de defensa aérea y desarrollen capacidades avanzadas de guerra electrónica para neutralizar posibles ataques.
Desde que asumió el poder en 2022, el presidente Marcos ha estrechado lazos con Estados Unidos, otorgando acceso a nueve bases militares filipinas en virtud del Acuerdo de Cooperación Reforzada en materia de Defensa (EDCA). No obstante, Espeña advierte que en caso de un conflicto nuclear, China podría anular las capacidades militares estadounidenses en la región, dejando a Filipinas en una situación extremadamente vulnerable.
Riesgos globales
Las crecientes tensiones también han llevado a Rusia a emitir advertencias sobre las posibles repercusiones de la presencia militar estadounidense en Filipinas. En julio, el presidente ruso, Vladimir Putin, insinuó que la presencia de sistemas de armas estadounidenses en el archipiélago podría provocar que Moscú reinicie la producción de misiles y los despliegue más allá de sus fronteras.
En abril, se desplegó en Filipinas el sistema de misiles Typhon, capaz de lanzar misiles de ataque terrestre Tomahawk y misiles antiaéreos SM-6, con alcances operativos de más de 2.500 km. Este despliegue, que forma parte de las maniobras militares conjuntas anuales Balikatan, ha permanecido en el norte de Luzón para que las tropas filipinas se familiaricen con el sistema.
A pesar de los crecientes temores, algunos expertos consideran que Filipinas no sería un objetivo prioritario en un conflicto convencional de gran escala entre China y Estados Unidos. Chris Gardiner, director general del Instituto de Seguridad Regional de Canberra, destacó que los objetivos primarios de China serían las capacidades nucleares estadounidenses y sus sistemas de mando y control, localizados en bases estratégicas y no necesariamente en Filipinas.
Gardiner también enfatizó que, en caso de una escalada convencional, el sistema Typhon podría actuar como un disuasivo crítico contra la agresión china, ayudando a Filipinas a mantener su posición en cualquier conflicto regional importante. Sin embargo, advirtió que la defensa de Filipinas depende no solo de su capacidad militar, sino también de su habilidad para manejar sus relaciones diplomáticas y estratégicas con aliados como Estados Unidos, Japón y Australia.
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Fuente: South China Morning Post