Recientemente, EE.UU. confirmó que el asesor de seguridad nacional, Jake Sullivan, viajará a China la próxima semana para conversar con su homólogo directo. El viaje del 27 al 29 de agosto será la quinta reunión de Sullivan con el ministro de Asuntos Exteriores Wang Yi, donde buscará abordar ciertas preocupaciones del gigante norteamericano en Asia Pacífico.
En términos históricos, la última asesora de seguridad nacional que realizó un viaje de este tipo fue Susan Rice, durante la administración Obama. La entonces funcionaria viajó a China para tener una serie de reuniones individuales de alto perfil, aunque el ex asesor de seguridad nacional del presidente Donald Trump, H.R. McMaster, también acompañó a Trump en una visita de Estado a China.
Se espera que Sullivan se reúna también con altos cargos chinos, considerando que Washington trata de reforzar las líneas de comunicación en términos de seguridad internacional. Entre los temas más importantes, se busca un diálogo constructivo sobre cuestiones relacionadas a las tensiones en el Mar de China Meridional, la creciente cooperación de China con Rusia y los conflictos en Medio Oriente.
Las elecciones estadounidenses y la preocupación por China
Es cierto que existe una preocupación principal por parte de EE.UU. en torno a las próximas elecciones presidenciales y la supuesta injerencia de China en las mismas. Y si bien no se espera que este tema se encuentre en la programación de la visita, los comentarios de temor en EE.UU. han aumentado.
Cabe destacar que China insiste en que las elecciones estadounidenses son un asunto interno en el que no interferirá, aunque muchos funcionarios han expresado preocupación por el intento de Beijing de socavar las elecciones estadounidenses a través de ciberataques y desinformación.
Lo cierto es que existe un consenso de ambos partidos estadounidenses en decretar a China como una amenaza a la que hay que hacer frente; por un lado, Trump prometió retomar duras políticas comerciales contra Pekín, y por el otro Kamala Harris prometió que bajo su liderazgo “Estados Unidos, no China, gana la competencia del siglo XXI”.
Por lo pronto, EE.UU. afirmó que no hablará de lo que la próxima administración pueda hacer para relacionarse con China y que Sullivan sólo abordará el cómo gestionar el equilibrio de esta administración y cómo gestionar la transición. El objetivo central de este encuentro, según Washington, es “aclarar las percepciones erróneas y evitar que esta competición derive en conflicto”.
Te puede interesar: Advierten riesgos para Filipinas en caso de guerra nuclear entre China y EE.UU.