El Ministerio de Defensa de Japón ha solicitado un presupuesto sin precedentes de 59.000 millones de dólares para el próximo año fiscal, marcando un hito en su historia. Este presupuesto, que refleja un aumento del 10% respecto al año anterior, es parte de un ambicioso plan de cinco años que asciende a 43 billones de yenes, con el objetivo de que Japón alcance un gasto en defensa del 2% de su PIB para 2027.

Este movimiento se da en un contexto de crecientes tensiones en la región, con China regularizando movimientos militares preocupantes cerca de Taiwán y Corea del Norte continuando con su amenaza nuclear. Japón, al incrementar su presupuesto de defensa, envía un mensaje claro tanto a sus aliados como a sus adversarios sobre su compromiso a largo plazo con el fortalecimiento de sus capacidades defensivas.

En los últimos años, Japón ha enfrentado un aumento en las tensiones, especialmente con China, cuyas incursiones en las aguas alrededor de las disputadas islas Senkaku han sido cada vez más frecuentes. En respuesta, Tokio ha intensificado sus esfuerzos para fortalecer sus defensas, particularmente en el Mar de China Oriental.

Entre las medidas incluidas en el presupuesto propuesto, destacan 970 mil millones de yenes destinados a armas de contraataque, incluyendo el desarrollo y producción en masa de misiles de largo alcance y la incorporación de una constelación de pequeños satélites para mejorar sus capacidades de ataque y defensa. Además, se ha propuesto la creación de un nuevo grupo de “guerra de información” dentro de la Fuerza Marítima de Autodefensa, inspirado en la 10ª Flota de Ciberunidades de la Marina de los Estados Unidos.

Foto de archivo de las Fuerzas Especiales de Defensa japonesas. Foto: AFP/EPA

Japón también está invirtiendo fuertemente en sistemas no tripulados y en inteligencia artificial, conscientes de cómo los drones están transformando la guerra moderna. Se han solicitado 103 mil millones de yenes para activos no tripulados, incluidas pequeñas aeronaves de ataque capaces de neutralizar barcos y aviones enemigos, siguiendo una estrategia similar a la del programa Replicator de los Estados Unidos.

En un esfuerzo por superar los problemas de reclutamiento en las Fuerzas de Autodefensa, exacerbados por la baja tasa de natalidad y la competencia con el sector privado, Tokio considera que estos sistemas no tripulados son un “as bajo la manga” que podría compensar la disminución de personal. Además, el presupuesto contempla un aumento significativo en la producción de misiles hipersónicos y el desarrollo de armas de planeo de alta velocidad, vitales para disuadir posibles agresiones en las islas del suroeste de Okinawa, cercanas a Taiwán.

El presupuesto también enfrenta desafíos fiscales, ya que se anticipan aumentos en los impuestos corporativos, sobre la renta y el tabaco para cubrir los gastos proyectados. Este tema será crucial en la próxima elección presidencial del Partido Liberal Democrático, cuyo nuevo líder probablemente tendrá que tomar decisiones clave al respecto.

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Redacción
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