Con la vicepresidenta estadounidense Kamala Harris prácticamente asegurando la candidatura demócrata para las elecciones presidenciales de 2024, una de las grandes interrogantes en Washington y otras capitales extranjeras es cómo podría ser su enfoque de política exterior si resulta elegida en noviembre.
Distinguir entre las posturas de Harris y del presidente Joe Biden en temas de política exterior no es sencillo, ya que ambos han mostrado un frente unido en estos asuntos durante casi cuatro años. Sin embargo, Harris no es una figura sin antecedentes, ya que anteriormente se postuló para la presidencia y fue senadora de Estados Unidos de 2017 a 2021.
Foreign Policy revisó su historial y declaraciones, y entrevistó a más de una docena de funcionarios estadounidenses, personal del Congreso, expertos y exasistentes de Harris para entender mejor su posición en asuntos clave de política exterior, incluyendo China, la guerra entre Rusia y Ucrania, y otras regiones de importancia para Estados Unidos. Aquí están los hallazgos.
China: una incógnita que buscará resolver cuanto antes
El historial de Harris en relación a China es limitado en comparación con el de Biden, quien, incluso como candidato en 2020, podía alardear de haber pasado mucho tiempo con el presidente chino Xi Jinping durante su vicepresidencia. Harris solo ha tenido un breve encuentro registrado con Xi, cuando lo saludó en la cumbre de la Cooperación Económica Asia-Pacífico en Bangkok en 2022.
La experiencia más significativa de Harris en China proviene de su trabajo como vicepresidenta, donde ha buscado fortalecer las alianzas de Estados Unidos en la región del Indo-Pacífico. Ha viajado tres veces al sudeste asiático, visitando países como Singapur, Vietnam, Tailandia, Filipinas e Indonesia. En Filipinas, visitó el archipiélago de Palawan en el mar de China Meridional, destacando el “compromiso inquebrantable” de Estados Unidos con su aliado durante una reunión con el presidente Ferdinand Marcos Jr. También ha representado a Biden en reuniones regionales, como la cumbre de Estados Unidos y la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático en Yakarta en septiembre pasado.
Sin embargo, difería en un punto de la política actual: criticó los aranceles impuestos por el expresidente Donald Trump a China, y había declarado previamente que no era una “demócrata proteccionista”. Aunque la administración Biden ha mantenido en gran medida esos aranceles, los ha justificado en el contexto de la pandemia y la creciente competencia con China.
En cuanto a los derechos humanos, Harris ha mostrado un fuerte enfoque, tanto como senadora como candidata presidencial. Copatrocinó la Ley de Derechos Humanos y Democracia de Hong Kong y otra legislación relacionada con los abusos de los derechos humanos en Xinjiang. Sus opiniones sobre derechos humanos se han reflejado en las políticas de la administración Biden hacia China.
En general, los expertos sugieren que su enfoque hacia China probablemente no se desviará mucho del de Biden. Rick Waters, director de la práctica de China en Eurasia Group, comentó que la política de Biden hacia China refleja un consenso dentro del Partido Demócrata, y no se espera que Harris adopte políticas radicalmente diferentes.
India, el sur de Asia y el Indo-Pacífico: un contrapeso regional para China
La India ha sido un punto brillante en las relaciones bilaterales bajo la administración Biden, y Washington la ve como un contrapeso clave a China y un socio en la estrategia del Indo-Pacífico. La relación entre Estados Unidos e India ha sido fuerte en defensa y tecnología, con varios acuerdos anunciados durante la visita del primer ministro indio Narendra Modi a Washington el año pasado.
Los expertos creen que la política de Harris hacia la India no diferirá significativamente de la de Biden. La relación entre ambos países ha gozado de apoyo bipartidista durante décadas, y es poco probable que ocurran cambios significativos.
Aunque Harris ha sido más crítica que Biden sobre el historial de derechos humanos de India, especialmente en Cachemira, es probable que esas críticas se moderen si se convierte en presidenta. Aparna Pande, del Hudson Institute, señaló que Harris, siendo parte de una generación más joven y progresista de demócratas, podría estar más dispuesta a abordar cuestiones de derechos humanos y libertades religiosas, asuntos importantes para una base más joven del partido.
En cuanto a la región en general, Harris ha jugado un papel destacado en la estrategia del Indo-Pacífico de la administración Biden, pero aún está por ver cómo afectará su campaña presidencial la caótica retirada de Afganistán. Los expertos sugieren que, aunque los republicanos podrían intentar utilizar este episodio en su contra, será difícil culparla directamente.
Si Harris llega a la presidencia, Afganistán podría ser una oportunidad para que tenga un impacto significativo en la política exterior. Lisa Curtis, del Centro para una Nueva Seguridad Estadounidense, mencionó que como mujer, Harris podría enfocarse más en apoyar a las mujeres afganas.
La tan esperada política comercial
Harris no tiene una vasta experiencia en comercio, pero ha defendido una visión del comercio que se enfoca en los trabajadores, la sostenibilidad y el conocimiento económico, lo cual encaja con la postura actual del Partido Demócrata y contrasta con las posiciones de Trump.
En cuanto a acuerdos comerciales, Harris es difícil de categorizar. Se opuso tanto al TLCAN original como a su versión revisada por Trump, argumentando que no protegían lo suficiente a los trabajadores y al medio ambiente. También se opuso al Acuerdo Transpacífico, que fue abandonado por Trump poco después de asumir el cargo.
Harris, al igual que otros políticos estadounidenses, ha criticado a China por prácticas comerciales desleales, pero también ha reconocido la necesidad de trabajar con Beijing en temas globales como el cambio climático.
La guerra entre Rusia-Ucrania y el papel de Estados Unidos en la OTAN
Biden ha confiado en Harris para representarlo en conferencias internacionales importantes, como la Conferencia de Seguridad de Múnich y la cumbre de paz de Ucrania. Aunque Harris no tiene el mismo historial transatlántico que Biden, ha sido una figura clave en tranquilizar a los aliados europeos sobre el compromiso de Estados Unidos con la OTAN.
Su postura respecto al conflicto Israel-Palestina
Si Harris gana en noviembre, heredará la crisis entre Israel y Hamás en Gaza. Aunque su historial en este conflicto es más corto que el de Biden, sus declaraciones sugieren que es poco probable que cambie significativamente la política de Estados Unidos en la región.
La olvidada política para con África
Bajo la administración Biden, Harris ha sido la funcionaria de mayor rango en visitar África, viajando a Ghana, Tanzania y Zambia. Es probable que una administración Harris adopte un enfoque similar, manteniendo un ritmo constante de visitas y compitiendo con Rusia y China por la influencia en el continente.
Sin embargo, Harris enfrentaría el desafío de convencer a los líderes africanos de que el compromiso de Estados Unidos con la cooperación y la democracia es más que simple retórica, especialmente dado el historial de priorizar asociaciones de seguridad a corto plazo sobre el apoyo a movimientos democráticos reales.
A pesar de estos desafíos, Harris podría beneficiarse de los avances en comercio e infraestructura realizados bajo Biden, así como de la posibilidad de impulsar las conversaciones de paz sobre la guerra en Sudán.
La crisis migratoria en Estados Unidos será clave en un eventual gobierno
La inmigración es uno de los temas en los que es más fácil anticipar el enfoque de Harris como presidenta. Desde que Biden le asignó la responsabilidad de abordar las causas fundamentales de la migración desde Centroamérica, Harris ha estado trabajando en estrecha colaboración con los líderes de la región. Ha enfatizado la necesidad de invertir en el desarrollo económico, combatir la corrupción y mejorar la seguridad en estos países para reducir la migración hacia los Estados Unidos.
Harris ha mostrado un fuerte compromiso con una política de inmigración que combine el control fronterizo con la compasión y la humanidad. Ha defendido la protección de los derechos de los inmigrantes y ha criticado duramente las políticas de separación familiar y detención prolongada implementadas durante la administración de Trump. Como senadora, apoyó iniciativas para proteger a los Dreamers (jóvenes inmigrantes traídos a Estados Unidos como niños) y trabajó en propuestas de reforma migratoria integral.
En general, si Kamala Harris llegara a la presidencia, es probable que su enfoque en política exterior mantenga una continuidad significativa con el de la administración Biden. Sin embargo, su historial y declaraciones sugieren que podría traer su propio estilo y enfoque en temas clave, como derechos humanos, justicia climática, y posiblemente un mayor énfasis en el Indo-Pacífico y la cooperación multilateral. Los expertos coinciden en que Harris, si bien no cambiaría radicalmente la política exterior de Estados Unidos, podría destacar en áreas donde su experiencia personal y su enfoque progresista ofrezcan nuevas perspectivas.
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Fuente: Foreign Policy
