El caso de Linda Sun puso nuevamente el foco público en las operaciones de espionaje y campañas de influencia que, según los fiscales estadounidenses, lleva a cabo el Gobierno chino para infiltrarse en la política de Estados Unidos. Sun, quien trabajó tanto para el exgobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, como para la actual gobernadora Kathy Hochul, está acusada de actuar como agente no registrado para China, utilizando su posición para beneficiar a gigante asiático.

En este sentido, las acusaciones señalan que Sun permitió que un funcionario chino participara en una llamada confidencial sobre la respuesta al COVID-19 en Nueva York. Tras la conversación, se dice que el funcionario chino calificó la información obtenida como “muy útil”. Este episodio es uno de varios que aparecen en la acusación de 64 páginas en la que Sun se enfrenta a cargos relacionados con espionaje y sobornos.

Linda Sun, a former aide to New York State Governor Kathy Hochul, exits Brooklyn Federal court after she was charged with acting as an unregistered agent of China’s government in New York City, U.S., September 3, 2024. REUTERS/Kent J. Edwards

De acuerdo con los fiscales, la exfuncionaria habría utilizado su cargo para moldear mensajes del gobierno estatal en favor de China, eliminando temas sensibles como la situación de los Uigures en China de las declaraciones oficiales. A cambio, Sun y su familia habrían recibido millones en sobornos, viajes pagados, propiedades lujosas en Long Island y Hawái, así como otros beneficios.

Crece la amenaza de infiltración china en la política de Estados Unidos

Este caso se enmarca dentro de un patrón más amplio de actividad por parte de los servicios de inteligencia chinos. El experto Dennis Wilder, exfuncionario de la CIA, señala que el gigante asiático busca explotar a ciudadanos estadounidenses con vínculos familiares en China para influir en la política estadounidense.

La acusación de Sun es solo la más reciente de una serie de casos similares en Nueva York, donde ciudadanos estadounidenses de origen chino fueron arrestados bajo cargos de espionaje. Entre ellos, Yuanjun Tang y Shujun Wang, quienes fueron acusados de espiar a disidentes chinos en Estados Unidos. Además, otros dos ciudadanos chinos fueron detenidos por operar una estación de policía ilegal en Chinatown, que según los fiscales se utilizaba para intimidar a críticos del Gobierno de Xi Jinping.

Aunque el Gobierno chino negó en reiteradas oportunidades las acusaciones, las autoridades estadounidenses siguen alerta ante lo que consideran una creciente amenaza de infiltración. En 2022, el Centro Nacional de Contrainteligencia advirtió sobre una intensificación de los esfuerzos de Beijing para influir en la política de EE.UU. a nivel local y estatal.

Fuente: NBC NEWS

Redacción
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