No es necesario describir el largo camino que vienen transitando los miembros del MERCOSUR y la Unión Europea desde el milenio pasado. Sin embargo, y la razón del artículo, es mencionar los pequeños (pero grandes) avances que hubo en la última semana durante el encuentro de ambas comitivas en Brasil.
El encuentro en Brasil
Las comitivas encargadas de negociar por ambos bloques se reunieron el día jueves en Brasilia para abordar los puntos críticos del acuerdo comercial. La comitiva argentina estuvo encabezada por el Secretario de Relaciones Económicas Internacionales, Marcelo Cima. Por parte de los europeos, el líder de su comitiva fue el alemán Ruppert Schlegelmilch.
Entre los desafíos que tuvieron ambas comitivas, se encuentra la normativa europea sobre libre deforestación en determinadas materias primas estratégicas para los miembros del MERCOSUR. Su aplicación a partir de 2025, y el interés en anexar al acuerdo comercial por parte de los europeos, imposibilitó la firma del acuerdo.
Los puntos a destrabar, y la presión europea
La agenda final se centra en resolver las diferencias respecto a la aplicación de la normativa sustentable en los productos del MERCOSUR. Además, se introdujo dentro de la discusión el comercio de autos eléctricos. Hoy la Unión Europea mantiene disputas comerciales, que están llegando a la OMC, para resolver los impuestos aduaneros que impuso a China. La industria de automóviles eléctricos fabricados por China está generando pánico dentro de las automotrices europeas. Respecto a las compras públicas y licitaciones, el Gobierno brasileño manifestó preocupación respecto a la competencia que deberían enfrentar sus empresas con proveedores europeos.
El costo del transporte marítimo se incrementará. Alrededor del 94% de las exportaciones de Argentina hacia la Unión Europea se envían por barco. Ese monto representa USD 9.300 millones. Para las empresas nacionales, la exportación a la UE hará que sus costos aumenten. Al aplicar el comercio de emisiones y ampliar el uso de combustibles verdes, los costos para las navieras también aumentan y lo trasladan en la facturación de sus servicios a los exportadores que operan con ellos.
Por un lado, se encuentran los países que buscan evitar el acuerdo. A la cabeza se encuentra Francia, acompañado de Austria, y en menor medida Irlanda. Por otro lado, se encuentran 11 países que recientemente elevaron una nota a Von der Leyen para presionar por el cierre del acuerdo. Entre ellos se encuentran Alemania, España y Portugal como los más interesados. Además, se suman Croacia, Dinamarca, Estonia, Finlandia, Suecia, Letonia, Luxemburgo y la República Checa.
Los próximos pasos en las negociaciones
Las comitivas sudamericanas y europeas definieron que la próxima reunión se llevará a cabo en las primeras semanas de octubre, con el objetivo de dar punto final a la negociación. En caso de que las nuevas cláusulas hayan sido renegociadas, para noviembre o diciembre se realizaría la firma final del documento. En noviembre, la ocasión para la firma sería el G20 en Río de Janeiro, tal como fue la firma del acuerdo del 2019 en Japón. La opción B, es la Cumbre del Mercosur en Uruguay, cuando Argentina asuma la presidencia pro-témpore del bloque.
En ambos casos, habrá que observar el comportamiento de las asociaciones y cámaras de productores agropecuarios europeos. Si bien los primeros ministros que escribieron a Von der Leyen para dar mayor celeridad a la firma están confiados, no debemos subestimar la capacidad de veto que tienen los productores agrícolas en Europa. Aquí, la clave va a residir en la escala de movilización que tengan para bloquear la firma. Si las mismas no superan el temor de los europeos de perder mercados frente a China, o el regreso de Trump en EE. UU., la firma del tratado es una posibilidad cercana.
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