Recientemente, cazas F-16 de la Fuerza Aérea rumana interceptaron con éxito un dron ruso cargado de explosivos que violaba el espacio aéreo de la OTAN, aunque no se permitió a los pilotos derribar la aeronave. El argumento principal recae en que sería “ilegal” según la legislación del país, aunque Rumania planea debatir la ley nacional de defensa aérea pronto para obtener nuevas respuestas. 

Según un comunicado de prensa del Ministerio de Defensa rumano, los dos pilotos de caza rumanos alcanzaron al dron ruso Shahed volando en el espacio aéreo de la OTAN sobre el delta del Danubio en la madrugada del domingo pasado. Se informó también que el dron tocó tierra cerca del delta del Danubio y voló en general hacia el noroeste, teniendo como objetivo el puerto fluvial ucraniano de Vulkove. 

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Pero más allá de que no hubo heridos ni daños materiales en esta ocasión, el principal cuestionamiento radica en cuáles son las opciones de la Fuerza Aérea frente a otra situación similar pero más peligrosa. Para muchos, si un dron de ataque ruso viola el espacio aéreo rumano, la fuerza debería estar autorizada a abrir fuego. 

Además, cabe destacar que no es la primera vez que Rusia viola el espacio aéreo de Rumania. La última vez que un dron de ataque ruso alcanzó territorio rumano fue en el mes de julio, cuando Moscú lanzó 38 drones kamikaze contra objetivos a lo largo de la frontera entre Rumanía y Ucrania, 11 de los cuales iban dirigidos contra Vylkove. 

En este contexto, el Ministerio de Asuntos Exteriores comunicó al Kremlin “su firme protesta por la violación, una vez más, del espacio aéreo rumano” y exigió que Rusia “se atenga al derecho internacional”. Pero múltiples medios de comunicación nacionales arremetieron contra los funcionarios públicos por “no defender el espacio aéreo nacional” debido a “leyes obsoletas” que no permiten a los pilotos de los cazas disparar contra drones en casi todas las circunstancias. 

Los detalles del incidente

El comunicado oficial rumano afirma que los dos F-16 estuvieron en el aire entre las 2.25 y las 4.08 horas del domingo, y aterrizaron sin novedad tras vigilar la actividad aérea en la región, donde la OTAN fue informada del incidente. 

Probablemente el dron fue lanzado desde la península ucraniana de Crimea, ocupada por Rusia, y tenía como objetivo el puerto fluvial ucraniano de Vylkove, pero se desvió de su curso. Allí fue cuando voló en el espacio aéreo rumano, donde los radares terrestres lo habían detectado y lo siguieron hasta que se estrelló contra un campo de cultivo en el país. 

El dron Shahed-136. Fuente: Reuters

“Los dos pilotos de F-16 tenían una solución de zona de empleo de armas (WEZ) sobre el dron ruso con sus radares de control de tiro y podrían haberlo derribado fácilmente, pero la legislación que data de principios de la década de 2000 prohíbe a los militares rumanos atacar a las aeronaves que invaden el espacio aéreo rumano a menos que la aeronave sea identificada positivamente y esté a punto de cometer o en el proceso real de cometer un acto abiertamente hostil o peligroso”, se afirma desde Rumania. 

Por estas razones, la principal crítica al accionar del país no recae sobre los pilotos, sino más bien la imposibilidad que se les impone a los soldados al momento de determinar cuáles son efectivamente amenazas reales. De acuerdo con las normas vigentes, los pilotos de caza rumanos sólo pueden derribar un objetivo aéreo que intercepten y alcancen después de efectuar disparos de advertencia e intentar comunicarse con la aeronave.

En este contexto, el presidente del Senado, Nicolae Ciucă, presentó el lunes una moción para que el Legislativo estudie la posibilidad de modificar la ley para que, en el futuro, los pilotos de las Fuerzas Aéreas rumanas puedan hacer algo más que observar drones o escoltarlos.

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Redacción
Equipo de redacción de Escenario Mundial. Contacto: info@escenariointernacional.com

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