El primer debate presidencial en Estados Unidos entre Donald Trump y Kamala Harris dejó interrogantes sobre la política ambiental estadounidense y el futuro de la energía. Los candidatos presentaron sus argumentos en relación con la fracturación hidráulica, un tema particularmente relevante en Pensilvania.

¿Qué es el fracking?

La fracturación hidráulica, fracking, es una tecnología que permite perforar capas de rocas a gran profundidad. Utiliza agua, productos químicos y arena para abrir fisuras  y extraer petróleo y gas natural. Esta tecnología comenzó a ganar popularidad en la década de los noventa y se ha convertido en una de las más utilizadas en Estados Unidos, el principal productor de gas y petróleo a nivel global. 

¿Por qué Pensilvania?

Durante el debate celebrado en Filadelfia, Pensilvania, Kamala Harris abordó el tema del fracking, afirmando que, si ganara las elecciones, no prohibiría esta tecnología, a pesar de su postura en 2020, cuando había apoyado su prohibición. Donald Trump criticó esta posición, argumentando que Harris, si fuera elegida, no permitiría el fracking en Pensilvania. 

Pensilvania es el segundo mayor productor de gas en Estados Unidos, después de Texas, y ha experimentado una gran expansión del fracking. Además, es un estado clave en las elecciones debido a su estatus como estado pendular.

Controversias del fracking

Entre los cuestionamientos al fracking se encuentra la contaminación de las aguas subterráneas y los problemas de salud. Pensilvania no es la excepción. En 2010, en Granville (Condado de Bradford) el agua se contaminó con metano después de las operaciones de la empresa petrolera Chesapeake Energy,  y se encendió el agua de un grifo como prueba.  En 2023, un estudio de la Universidad de Pittsburgh reveló que existe una asociación significativa entre el fracking y los problemas de salud de los niños que viven cerca de las perforaciones, como asma y linfoma.

El desafío de la Transición Energética

La discusión sobre el fracking se inserta en un debate mayor sobre la transición energética hacia tecnologías libres de carbono y el abandono de los combustibles fósiles en Estados Unidos. Aunque la política de Joe Biden promueve las energías renovables, durante su administración se alcanzaron niveles récord en la producción de petróleo, con una producción promedio mensual de 13.3 millones de barriles por día en diciembre de 2023. 

Estados Unidos es el segundo país con mayor consumo de combustibles fósiles, después de China, con el petróleo, representando aproximadamente el 38% del consumo total de energía en 2023, siendo el sector del transporte el de mayor consumo, con un 89% proveniente del petróleo. En el caso del gas, el consumo fue de aproximadamente el 36% del total de energía en Estados Unidos.

Rol de China

Días previos al debate, John Podesta se reunió con funcionarios chinos en Beijing, incluidos el enviado especial para asuntos climáticos, Liu Zhenmin y el ministro de Relaciones Exteriores, Wang Yi. La reunión abordó los nuevos objetivos climáticos y la financiación para países en desarrollo en preparación a la próxima cumbre climática, COP 29. 

La cumbre en Azerbaiyán se llevará a cabo después de las elecciones en Estados Unidos. Aunque no se hicieron anuncios concretos sobre los compromisos acordados, el ministro de Exteriores chino declaró: “Se espera que la parte estadounidense mantenga la estabilidad de sus políticas, respete seriamente las preocupaciones razonables de China, evite el proteccionismo y la generalización del concepto de seguridad, y trabaje junto con China para abordar este desafío global con esfuerzos aunados”.

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