Luego de un masivo y coordinado ataque realizado en el día de ayer contra Hezbolá, desde el gobierno de EE.UU. confirmaron que Washington no estuvo al tanto de la operación y que tampoco tuvo participación en la misma. El portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller, también aclaró que Estados Unidos “…todavía está recopilando información…” sobre las explosiones que sacudieron a Beirut. El funcionario tampoco confirmó la participación de Israel.

Hezbolá se vio fuertemente sacudida en la jornada de ayer, luego de que un complejo y coordinado ataque provocara más de 4.000 heridos y al menos una docena de fallecidos entre sus integrantes y simpatizantes. Sin embargo, más allá de las numerosas bajas, lo que resultó en extremo llamativo fueron los medios utilizados para dar tan contundente golpe a la organización con asiento en el Líbano: el ataque se ejecutó con dispositivos buscapersonas, también conocidos como pagers.

El uso de estos dispositivos, muy característico de la década de los 90 (quedando desfasados con la llegada de los teléfonos móviles), se debe a que Hezbolá tomó medidas a los fines de evitar que sus líneas de comunicaciones pudieran ser fácilmente interceptadas por las agencias y servicios de inteligencia de Israel. La vulnerabilidad de celulares, tablets y computadoras portátiles obligó a los integrantes de Hezbolá a recurrir a tecnología antigua, con un supuesto mejor grado de seguridad.

Pese a que por el momento no hay mayor información oficial al respecto, una de las hipótesis es que las líneas de proveedores de Hezbolá resultaron infiltradas por servicios de inteligencia. Esta severa brecha en la seguridad operacional de la organización libanesa habría permitido que se entregaran miles de pagers modificados para ocasionar severas lesiones, o incluso la muerte, de sus usuarios tras su explosión programada o a comando.

Aún se está investigando si los dispositivos fueron provistos de algún tipo de explosivo, la clase del mismo y si las modificaciones realizadas en los pagers incluyeron otros aspectos a los fines de controlar y coordinar el ataque.

Algunos medios han reportado que Israel llevó a cabo la operación para llevar la lucha contra Hezbollah a una nueva fase, con la intención de no escalar el enfrentamiento a una guerra abierta. El sistema utilizado permitió al atacante dar golpes individualizados, reduciendo de cierta manera los mal denominados “daños colaterales”. Esta ofensiva coordinada habría provocado centenares de bajas entre las filas de Hezbolá sin la necesidad de realizar un disparo o lanzar un misil.

Sin embargo, desde diversos sectores coinciden que Hezbolá estará obligada a dar una respuesta tras el duro golpe recibido. Además, necesita salvar la imagen ante lo que se puede considerar como una profunda penetración de la organización por parte de Israel, lo que podría llevar a la desconfianza entre los distintos niveles de la organización libanesa.

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Redacción
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