El comando militar de Rusia había anticipado la incursión ucraniana en su región de Kursk durante meses y había estado haciendo planes para evitarla, según documentos confiscados por las fuerzas especiales de Ucrania en posiciones rusas abandonadas. Los archivos, que incluyen comunicaciones oficiales del ejército ruso y registros escritos a mano, revelan que los comandantes rusos ya estaban al tanto de la posible incursión desde finales de 2023, y que habían comenzado a preparar sus defensas mucho antes del ataque del 6 de agosto.

En este sentido, los documentos fueron compartidos por The Guardian y provienen de unidades del 488º Regimiento de Fusileros Motorizados de la Guardia de Rusia, específicamente de la segunda compañía del 17º Batallón. Los mismos destacan cómo los comandantes rusos intentaban mantener la cohesión de las tropas, emitiendo órdenes para asegurar que los soldados consumieran medios estatales diariamente con el fin de preservar su “estado psicológico”. Además, revelan que se ordenaron ejercicios adicionales y se instruyó a los comandantes a reforzar las líneas defensivas, anticipando la posibilidad de que las tropas ucranianas irrumpieran en la frontera y tomaran el control de Sudzha, como finalmente ocurrió.

Imagen ilustrativa de soldados ucranianos en Kursk

Entre los archivos, también se encontraron anotaciones que datan de enero de 2024, en las que ya se advertía sobre posibles incursiones ucranianas. A lo largo de los meses, las órdenes se volvieron más específicas, con menciones de tácticas para crear posiciones de señuelo y confundir a los drones ucranianos. Sin embargo, miembros de una unidad ucraniana que volaron drones de reconocimiento en la zona indicaron que no encontraron evidencia de dichas posiciones falsas, lo que sugiere que los esfuerzos rusos en este sentido fueron insuficientes.

¿Problemas estructurales dentro del Ejército de Rusia?

Expertos afirman que los documentos también arrojaron una profunda desconexión entre la anticipación del ataque y la respuesta efectiva sobre el terreno que llevaron adelante las fuerzas rusas. Asimismo, pusieron en evidencia las preocupaciones internas y los problemas estructurales que atraviesan el Ejército de Rusia, que van desde la moral de las tropas hasta la implementación de tácticas engañosas para frustrar a las fuerzas ucranianas.

Imagen ilustrativa de soldados del Ejército de Rusia

El ataque ucraniano del 6 de agosto en Kursk resultó en una retirada desordenada de las tropas rusas, y muchos soldados abandonaron sus puestos sin destruir documentos clave. Esto permitió a las fuerzas ucranianas capturar archivos confidenciales del Ministerio del Interior, el FSB, y el Ejército ruso, que fueron luego entregados a periodistas internacionales. The Guardian afirmó que no pudo verificar de forma independiente la autenticidad de los documentos, aunque tienen el sello de comunicaciones genuinas del ejército ruso.

Fuente: The Guardian

Redacción
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