La detonación de miles de dispositivos de Hezbolá demostró una notable capacidad para recopilar información de inteligencia, probablemente de Israel, y destacó posibles vulnerabilidades en las cadenas de suministro globales, señaló el miércoles un ex jefe de la NSA.
Miles de buscapersonas explotaron de manera remota en el Líbano el martes a las 3:30 p.m., matando al menos a 12 personas, incluidos dos niños, y dejando a otras 2.800 heridas. Al día siguiente, una segunda oleada de explosiones de walkie-talkies causó la muerte de al menos 20 personas y dejó heridas a unas 450.
Este ataque encubierto contra el grupo militante apoyado por Irán mostró un conocimiento detallado de sus operativos, lo que sugiere que los objetivos eran conocidos “de manera íntima”, según Nakasone, quien añadió que no estaba al tanto de la operación previamente.
En los últimos meses, Hezbolá ha adoptado tecnologías más simples para eludir la inteligencia israelí, que había infiltrado sus comunicaciones. Sin embargo, esta estrategia parece haber fallado, ya que se cree que agentes de inteligencia israelíes comprometieron secretamente la cadena de suministro, convirtiendo los dispositivos en armas.
Israel ha usado tácticas similares en el pasado. En 1996, el Shin Bet logró asesinar a Yahya Ayyash, un fabricante de bombas de Hamás, al manipular su teléfono celular con explosivos.
Nakasone también expresó su preocupación por la posibilidad de que este tipo de intervenciones ocurra en productos de consumo en EE. UU. “Si fue un ataque a la cadena de suministro, debemos pensar en cómo asegurar nuestras propias cadenas”, afirmó. “Si no lo fue, ¿cómo se ejecutó entonces?”. Nakasone, quien se retiró en febrero, ofreció estas declaraciones en una conferencia de prensa previa al lanzamiento del Instituto de Seguridad Nacional de la Universidad de Vanderbilt, donde liderará un programa para formar nuevos talentos en seguridad nacional.
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Fuente: Defense One