En un contexto de creciente cooperación internacional, la reciente decisión de Argentina de no sumarse al Pacto del Futuro ha generado inquietudes y especulaciones en el escenario global. La ministra de Relaciones Exteriores, Diana Mondino, anunció en su intervención ante la 79ª Asamblea General de las Naciones Unidas que el país no formará parte de este acuerdo firmado por 193 naciones, lo cual abre una serie de interrogantes sobre las implicaciones de esta postura en materia de política exterior y desarrollo estratégico.

El Pacto del Futuro, resultado de la Cumbre del Futuro de septiembre de 2024, se presenta como un conjunto de acciones intergubernamentales para enfrentar los mayores desafíos de nuestra época, tales como el desarrollo sostenible, la seguridad internacional y la transformación de la gobernanza global. El acuerdo abarca capítulos que promueven la cooperación en áreas claves como la paz, la ciencia, la tecnología, la innovación y los derechos de las generaciones futuras. Si bien la mayoría de los Estados miembros de la ONU firmaron el acuerdo, Argentina ha decidido tomar un rumbo diferente.

La postura argentina ante la comunidad internacional

Durante su exposición, Mondino explicó que la decisión de no adherir al Pacto del Futuro responde a discrepancias entre los términos del acuerdo y las prioridades de la nueva agenda política y económica de Argentina. La ministra enfatizó que, si bien el país valora los principios establecidos en la Carta de las Naciones Unidas, la implementación de algunas de las acciones del pacto pueden afectar los objetivos del gobierno y a los intereses actuales de la nación.

“La Argentina está decidida a trabajar en un marco de libertad para los individuos, que puedan tomar sus decisiones y ser responsables de sus acciones bajo reglas de juego parejas para todos”, afirmó Mondino, subrayando la necesidad de enfrentar retos globales como el terrorismo, las amenazas a la integridad territorial y la seguridad internacional, pero desde una perspectiva de libertad económica y respeto por las instituciones.

Mondino también hizo hincapié en que “agendas como esta están compuestas por aspiraciones jurídicamente no vinculantes, y cada Estado tiene derecho a interpretar y perseguir con autonomía los objetivos que considere prioritarios, teniendo en cuenta las realidades y capacidades propias”. En ese sentido, la diplomática reafirmó el compromiso argentino con un orden internacional basado en reglas, pero enfatizó que muchas de las propuestas del pacto no se ajustan a los intereses actuales del país.

El Pacto del Futuro

El Pacto del Futuro busca ser una respuesta colectiva a desafíos globales, con un enfoque particular en la erradicación de la pobreza, el cambio climático, el fortalecimiento del multilateralismo y la promoción del desarrollo sostenible. Entre sus principales objetivos está la aceleración del cumplimiento de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y el compromiso con la cooperación internacional para abordar riesgos catastróficos y existenciales, muchos de los cuales, según el documento, son causados por decisiones humanas.

En su declaración, Mondino explicó que varios puntos de este pacto fueron elaborados durante la gestión del gobierno anterior y que, al asumir la nueva administración, las negociaciones estaban ya muy avanzadas. Sin embargo, destacó que el actual gobierno argentino propuso modificaciones que no fueron siempre consideradas, lo cual llevó a la decisión de disociarse del acuerdo.

La ministra destacó, asimismo, que la libertad económica y el comercio son las claves para combatir el hambre y promover el desarrollo sostenible. “El hambre se acaba garantizando más comercio y no menos”, sentenció, lo que refleja una postura clara a favor de políticas que prioricen el libre mercado y el respeto por la propiedad privada como ejes del desarrollo económico.

Implicancias geopolíticas

La no adhesión de Argentina al Pacto del Futuro podría tener varias consecuencias en su relación con la comunidad internacional. En primer lugar, podría verse como un mensaje de que el país prioriza su autonomía en la toma de decisiones en el marco de la política exterior, ajustando su enfoque a su contexto económico y político interno. Esta postura, aunque legítima en términos de soberanía, puede alejar al país de ciertos foros multilaterales donde se discuten temas críticos.

Por otro lado, al posicionarse fuera de este acuerdo, Argentina podría perder oportunidades de acceso a financiamiento internacional y cooperación en áreas estratégicas como la digitalización, el desarrollo sostenible y la innovación. El Pacto del Futuro incluye un capítulo sobre la transformación de la gobernanza global, que propone fortalecer las instituciones multilaterales para adaptarse a un mundo en constante cambio. Al no participar, Argentina podría quedar al margen de decisiones clave en estos ámbitos.

Sin embargo, el gobierno argentino ha dejado en claro que seguirá trabajando en la búsqueda de soluciones globales, pero desde un enfoque que priorice sus intereses nacionales. Mondino reafirmó que Argentina está comprometida con la resolución pacífica de controversias y el respeto al derecho internacional, pero subrayó que el país necesita “alas para su crecimiento en libertad”, lo cual implica un mayor margen de maniobra en la toma de decisiones soberanas.

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Fuente: Asamblea General de las Naciones Unidas, 79ª Sesión Plenaria. Créditos de la imagen: Cancillería Argentina

Redacción
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