El martes 13 de septiembre 2016 la Cancillería Argentina informó (IP 304/16)  que «El Ministro de Estado para Europa y las Américas de la Secretaría de  Relaciones Exteriores y Commonwealth británica Sir Alan Duncan realizó una  visita a la Argentina manteniendo reuniones con autoridades nacionales y  participar en el Foro de Inversiones y Negocios, organizado por Argentina». La entonces la Canciller Susana Malcorra «concedió una audiencia a Sir Duncan, reflejando el mejoramiento de las relaciones entre la Argentina y el Reino Unido y, durante su visita, ambas partes se comprometieron a poner énfasis en la agenda positiva de las relaciones  con el objetivo de estrechar aún más los vínculos bilaterales, desarrollar lazos más cercanos y una sólida  cooperación en beneficio de los pueblos de ambos países». 

«El Vicecanciller Foradori y el Ministro Duncan mantuvieron una reunión de trabajo donde se pasó revista a  los principales temas de la agenda bilateral y, la reunión bilateral sirvió para que ambos funcionarios  pudieran continuar impulsando una agenda omnicomprensiva, multidimensional y multisectorial, basada en  la complementariedad entre ambas naciones, orientada al fortalecimiento de la relación bilateral…Se acordó  trabajar en conjunto para identificar áreas nuevas de colaboración, y se resolvió buscar ampliar la relación  bilateral en torno a una agenda positiva que aborde los desafíos globales, en áreas como democracia,  derechos humanos, cooperación en paz y seguridad internacional, no-proliferación, medio ambiente y  cambio climático, energías limpias, comercio e inversión, ciencia, tecnología e innovación, turismo y  deporte». 

La Nación

«Se evaluaron las áreas de posible cooperación en materia antártica, incluyendo intercambios, actividades  conjuntas y acuerdos entre los programas científicos del Instituto Antártico Argentino (IAA) y el British  Antarctic Survey (BAS), así como también el desarrollo de actividades científicas conjuntas en el área de la  Convención sobre Conservación de Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCRVMA)». 

«En un espíritu positivo, ambas Partes acordaron establecer un diálogo para mejorar la cooperación en  todos los asuntos del Atlántico Sur de interés recíproco. Ambos Gobiernos acordaron que la fórmula  de soberanía del párrafo 2 de la Declaración Conjunta del 19 de octubre de 1989, se aplica a este  Comunicado Conjunto y a todas sus consecuencias. En este contexto se acordó adoptar las medidas  apropiadas para remover todos los obstáculos que limitan el crecimiento económico y el desarrollo  sustentable de las Islas Malvinas, incluyendo comercio, pesca, navegación e hidrocarburos». 

«De conformidad con los principios establecidos en la Declaración Conjunta del 14 de julio de 1999 y el  Acuerdo por Canje de Notas, ambas Partes acordaron que serían establecidas conexiones aéreas  adicionales entre las Islas Malvinas y terceros países. En este contexto acordaron el establecimiento de  dos escalas adicionales mensuales en territorio continental argentino, una en cada dirección. Los detalles  específicos serán definidos». 

«Ambas Partes expresaron su pleno apoyo al proceso de identificación de ADN con relación a los soldados  argentinos no identificados sepultados en el cementerio de Darwin. Las conversaciones sobre esta delicada  cuestión humanitaria serán llevadas adelante en Ginebra sobre la base de una evaluación del Comité  Internacional de la Cruz Roja, complementada por las conversaciones bilaterales que sean necesarias. Ambas  Partes acordaron que los deseos de las familias involucradas son de la mayor importancia». 

Nosotros, luego de varios artículos críticos sobre este Acuerdo, el 7 de mayo de 2022 publicamos “Ni ebrios  ni dormidos, pactando con el enemigo” referido al Pacto de Foradori-Duncan, con motivo de que el Ministro  Alan Duncan escribió en sus memorias que, al momento de concretarse el referido Pacto, el vicecanciller argentino «Carlos Foradori estaba tan borracho que al día siguiente no podía recordar los detalles del  documento» (Télam, 26/04/2022) y dijimos, que hace más de 40 años que los británicos avanzan sobre  nuestros territorios insulares y marinos. En 1982 ocupaban 11.410 km2 y desde hace muchos años tienen  invadidos 1.639.900 km2 equivalentes al 50% de la Zona Económica Exclusiva Argentina; ello sin evaluar  los más 1,4 millones de Km2 que nos disputan de la Plataforma Continental y los más de 1 millón de km2 de  la Antártida y sus aguas correspondientes. 

En esa ocasión indicábamos que según la Organización Panamericana de la Salud (OPS) «El uso nocivo del  alcohol desafía al desarrollo social y económico de muchos países, incluidos los de las Américas, donde el consumo es de aproximadamente un 40% mayor que el promedio mundial. En general esta población consume alcohol en un patrón que es peligroso para la salud, así como para la violencia doméstica, la pérdida  de productividad, y muchos costos ocultos» (www.paho.org/es/temas/alcohol). Tal vez, dentro de estos costos ocultos, la OPS pudo haber ponderado los probables efectos negativos del alcohol en las decisiones de  los altos diplomáticos; pero, nosotros no creemos que esta sea -al menos la única causa-, sino la reiterada  vocación de acordar sin ninguna contrapartida. 

Para descartar la cuestión del alcohol de una vez por todas, tengamos en cuenta que el pacto habría sido muy  trabajoso, ya que el Vice-Canciller Foradori habría entrado a la bodega de la Embajada británica el día 12 de  septiembre y selló el pacto, el fatídico martes 13 por la madrugada. 

En realidad, nadie en su sano juicio o que no tuviese el mandato de favorecer los intereses británicos en  Malvinas podría acordar «adoptar las medidas apropiadas para remover todos los obstáculos que  limitan el crecimiento económico y el desarrollo sustentable de las Islas Malvinas, incluyendo  comercio, pesca, navegación e hidrocarburos». Una verdadera cesión incondicional; una entrega definitiva  del ejercicio de la soberanía plena de Malvinas y una clara violación de la Disposición Transitoria Primera de  la Constitución. 

Se omite decir, que este Pacto, enmascarado en un llamado “Comunicado Conjunto” es un Acuerdo ya que  refiere en su texto siete veces a la palabra “acordar” y, es la ratificación “de hecho” de los Acuerdos de  Madrid y la fórmula del Paraguas, pudiendo interpretarse que el reiterado pedido de diálogo que la  Cancillería Argentina demanda, está siendo llevado a cabo por el Reino Unido, a punto tal, que la Argentina  promete quitarle todos los obstáculos para el desarrollo de Malvinas. 

Del mismo modo, el Reino Unido sigue otorgando licencias pesqueras ilegales a terceros países en violación  a la Res. 31/49 de las Naciones Unidas sin que la Argentina inicie acciones legales a las empresas licenciadas, por violación a las leyes 24.922 (1998) y 27.564 (2020) y en algunos casos de la Ley 26.386 que  impide a las empresas radicadas en el continente argentino operar en Malvinas y, ello significa, la extracción  anual de recursos pesqueros argentinos del orden de las 250.000 toneladas, valuadas sin proceso alguno en  unos mil millones de dólares. 

Por otra parte, la Cancillería Argentina autorizó vuelos a San Pablo desde las Islas, lo que le abriría las  puertas a un mercado de más de 30 millones de habitantes de gran poder adquisitivo, además de la  distribución al mundo de todos los productos desde este importante Estado brasileño, agregando nuevos vuelos a los que ya lleva Latam desde Malvinas a Chile y viceversa. 

Igualmente sigue vigente el otorgamiento (2019) de un área con más de 100 mil km2 para la explotación  hidrocarburífera offshore en la Cuenca de Malvinas, entre los archipiélagos y el continente argentino a  empresas petroleras de origen británico y/o que han intervenido en explotaciones en Malvinas, en abierta  violación a la Ley 26.659 (Ley Solanas), tales como Shell, BP Exploration Operating Company Ltd; Tullow  Oil y Equinor; al igual que esta última frente a las costas de Mar del Plata. 

El acuerdo de cooperación antártica constituye además un acto de reconocimiento a la posición británica  inadmisible. Es interesante transcribir al respecto lo dicho por el catedrático Armando Abruza: respecto a  estos acuerdos «en materia de investigación científica en aguas subantárticas circundantes a las Islas  Georgias del Sur y Sándwich del Sur, en lugar de hacerlo en el marco multilateral de la Comisión para la  Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCRVMA), que constituye el único régimen  jurídico válidamente aplicable en esa región. En esta materia, corresponde igualmente poner de relieve la  técnica empleada en la redacción del texto del Comunicado Conjunto, el cual, como se ha expresado, deja  traslucir la autoría británica del documento, verificable en este caso específico a partir de su  diseño…Cualquier concesión que el Gobierno argentino pudiera realizar en las materias precedentemente  señaladas, sin que se reanudaran prontamente las negociaciones sobre la soberanía y sin ninguna  contraprestación sustantiva a cambio, tal como indiscutiblemente ocurrió a lo largo de la década de los 90 y  hasta entrado el siglo actual, serían incompatibles con la Disposición Transitoria Primera de la Constitución  Nacional y lesivas para los intereses de la Nación». (“El Comunicado Conjunto argentino-británico…” p.  89:116 Anuario Arg de Derecho Internacional, 2016). 

El Pacto de Foradori-Duncan fue suspendido en el gobierno agónico de Alberto Fernández; cuestión que  criticamos, porque dejó numerosas cuestiones pendientes, además de los Acuerdo de Madrid I y II. Ahora bien, la Canciller Diana Mondino desde su asunción viene dando reiteradas muestras de  simpatía con británicos e isleños ocupantes de Malvinas; asignándoles derechos a estos últimos, como  si fueran parte en la Cuestión Malvinas, violando el mandato de la Disposición Transitoria Primera de  la Constitución Nacional, además de no efectuar los correspondientes reclamos ante los distintos foros y, haciendo caso omiso a las reiteradas violaciones de nuestros territorios irredentos por parte de británicos y  sus fuerzas armadas. 

Si algo le faltaba a la ministra Mondino fue la designación del Embajador Carlos Foradori en  Ginebra, efectuando con ello, su aval a lo actuado por el gobierno argentino en 2016 y ratificando en la  reciente Reunión de Cancilleres de la Argentina y del Reino Unido, a través del Comunicado de prensa  sobre la Cuestión Malvinas del 24/9/24 (IP 470/24) la voluntad de mantener vivo el Pacto Foradori 

Duncan, a través de este nuevo Pacto Mondino-Lammy, que en sus partes más salientes indica: «En el  marco de una renovada etapa de la relación bilateral, caracterizada por el diálogo y la construcción de  confianza, la Ministro de Relaciones Exteriores de la República Argentina, Diana Mondino, y el Secretario  de Relaciones Exteriores del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, David Lammy, reunidos en  Nueva York el 24 de septiembre avanzaron en una agenda amplia de temas que incluyen distintos aspectos  vinculados al Atlántico Sur, aplicándose esta agenda y a sus resultados la fórmula de salvaguardia de  soberanía que figura en el párrafo 2 de la Declaración Conjunta del 19 de octubre de 1989»

Las Partes han acordado retomar las negociaciones tendientes a finalizar la tercera fase del Plan Proyecto  Humanitario conjuntamente con la Cruz Roja Internacional, así como también organizar un viaje de  familiares de caídos a las Islas antes de fin de 2024, para que puedan visitar las tumbas de los soldados que  allí descansan»

También se estableció la necesidad de avanzar con medidas concretas en materia de conservación de  pesquerías y en favor de una mejor conectividad, en virtud de los arreglos alcanzados en 2018,  incluida la reanudación del vuelo semanal de San Pablo a las Islas, que realizaba una escala mensual  en Córdoba. Estas medidas permitirán avanzar en una agenda más ambiciosa de cooperación en  diferentes ámbitos y bajo fórmula de soberanía, tendientes a promover el desarrollo humano y  económico y estrechar lazos entre las Islas y el continente». Este último párrafo no es otro de aquel que  la Argentina «adopte las medidas apropiadas para remover todos los obstáculos que limitan el  crecimiento económico y el desarrollo sustentable de las Islas Malvinas, incluyendo comercio, pesca,  navegación e hidrocarburos». 

¿Y nos preguntamos cuál es el aporte del Reino Unido? Como contrapartida a esta vergonzosa cesión de la Argentina. Mariano Moreno nos decía: “hay determinaciones que no se pueden tomar ni ebrios ni dormidos”, es  decir, bajo ninguna circunstancia». No podemos seguir admitiendo, que este nuevo Pacto indigno  Mondino-Lammy, que lesiona la soberanía nacional y viola la Constitución Nacional, se firme dejando  nuevamente de lado al Congreso Nacional y a la voluntad mayoritaria de los argentinos que no le han  dado mandato alguno a la Canciller para facilitar la ocupación territorial británica de nuestros  territorios.

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César Lerena
Experto en Atlántico Sur y Pesca, ex Secretario de Estado, ex Secretario de Bienestar Social (Ctes) ex Profesor Universidad UNNE y FASTA, Ex Asesor en la H Cámara de Diputados y el Senado de la Nación, Consultor, autor de 24 libros (entre ellos "Atlántico Sur, Malvinas y Reforma Federal Pesquera", 2019).

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