En medio de una guerra que reconfiguró el mapa político de Europa, el presidente ucraniano Volodímir Zelenski se prepara para presentar en Estados Unidos su ambicioso “plan de la victoria”. Esta no es una simple visita diplomática; Zelenski busca más que nunca un respaldo que el mandatario cree que podría inclinar la balanza del conflicto a favor de Ucrania. A través de esta nueva estrategia, espera convencer a Washington y al resto del mundo de que una Ucrania fortalecida no solo puede resistir la agresión rusa, sino salir victoriosa.
¿De qué trata el “plan de la victoria”?
Aunque los detalles completos del plan no han sido revelados, Zelenski dió varias pistas sobre su contenido en entrevistas recientes, como la realizada por The New Yorker. Su propuesta se basa en tres pilares clave: fortalecer el poder militar de Ucrania, avanzar hacia una mayor integración con Occidente y garantizar el apoyo económico necesario para reconstruir el país.
El fortalecimiento militar es el primer punto y quizás el más urgente. Zelenski dejó claro que su país necesita más armas avanzadas y, sobre todo, la autorización para atacar objetivos en territorio ruso. Hasta ahora, Estados Unidos y otros aliados han limitado el uso de armas de largo alcance debido al temor de una escalada que podría implicar a la OTAN en el conflicto. Sin embargo, Zelenski sostiene que, sin este tipo de ofensivas, Rusia mantiene una ventaja táctica que dificulta el progreso ucraniano.
El segundo componente de su plan es la búsqueda de una integración más firme en el sistema de seguridad occidental. Zelenski quiere avanzar hacia una membresía acelerada en la OTAN, algo que, según él, disuadiría futuras agresiones rusas y proporcionaría a Ucrania las garantías de seguridad necesarias a largo plazo. Aunque la adhesión formal de Ucrania a la OTAN no parece inminente, la discusión sobre una mayor cooperación en defensa ya está sobre la mesa.
Finalmente, el apoyo económico es vital para reconstruir la infraestructura devastada por la guerra y asegurar la estabilidad política interna. Para Zelenski, la integración de Ucrania en la Unión Europea es esencial, tanto para fortalecer la posición geopolítica del país como para garantizar que Ucrania sea parte integral del bloque europeo en un futuro cercano.
De este modo, se puede observar que el “Plan de la victoria” no presenta nada novedoso, sino que repite las demandas de Ucrania que fueron rechazadas por Rusia desde antes de la guerra. Quizás la verdadera novedad no reside en los objetivos máximos del plan, sino en la disposición de Zelenski a sentarse en una mesa de negociación y, tal vez, lograr un alto al fuego.
¿Por qué presentar el plan ahora?
El momento no es casual. Ucrania enfrenta una situación compleja y desgastante en el frente. A pesar de algunos éxitos tácticos, como la incursión en la región rusa de Kursk, donde el ejército ucraniano capturó territorio estratégico, el conflicto sigue estancado en una guerra de desgaste. Los avances de Rusia en el este, especialmente en el Donbás, pusieron a prueba la resistencia ucraniana, mientras que las incursiones ucranianas no fueron suficientes para cambiar la dinámica del conflicto.
Zelenski sabe que el apoyo internacional, y en particular el estadounidense, es fundamental. La visita a Washington tiene como objetivo consolidar ese respaldo en un momento en que Estados Unidos se enfrenta a su propio ciclo electoral. Con las elecciones presidenciales de 2024 en el horizonte, el futuro del apoyo estadounidense no está garantizado. Si Donald Trump, uno de los principales contendientes, gana, su postura ambigua hacia Ucrania podría significar un cambio en la política exterior de Estados Unidos.
Además, existe un cansancio creciente tanto dentro de Ucrania como entre sus aliados. Después de casi tres años de conflicto, Zelenski necesita mostrar que hay una salida clara, una hoja de ruta hacia la victoria. Su “plan de victoria” no solo busca mantener el compromiso internacional, sino también enviar un mensaje de esperanza a una sociedad ucraniana que ha soportado enormes sacrificios.
La situación en el frente: ¿hacia dónde se dirige la guerra?
La guerra en Ucrania sigue siendo brutal y las posiciones en el frente cambiaron poco en los últimos meses. Las fuerzas rusas consolidaron sus posiciones en el Donbás, mientras que los avances ucranianos, aunque importantes, no fueron decisivos. La incursión en Kursk mostró que Ucrania aún puede tomar la iniciativa, pero no ha sido el golpe estratégico que algunos esperaban.
No obstante, la operación en Kursk tuvo impactos importantes. Rusia se vió obligada a mover tropas hacia el norte, aliviando la presión sobre otras áreas clave del este de Ucrania. Además, la incursión envió un mensaje claro tanto a Moscú como al resto del mundo: Ucrania sigue siendo una fuerza a tener en cuenta. Sin embargo, los bombardeos rusos sobre infraestructuras críticas continúan, y las limitaciones en las municiones y el equipo militar han restringido las capacidades de Ucrania para seguir avanzando de manera efectiva.
Asimismo, junto con la presentación de su “plan de victoria”, Zelenski llevó a cabo una serie de cambios importantes en su gabinete. El más destacado fue el reemplazo del ministro de Relaciones Exteriores, Dmytro Kuleba, por Andriy Sybiha. Esta decisión sorprendió a muchos, ya que Kuleba había sido una figura central en la diplomacia ucraniana desde el inicio de la invasión.
Estos cambios reflejan la presión que enfrenta Zelenski tanto a nivel interno como externo. En Ucrania, la gestión de la guerra ha sido objeto de críticas, especialmente por el impacto económico y social que el conflicto ha tenido en la población. Los cambios ministeriales buscan no solo renovar el equipo de gobierno para adaptarse a las necesidades actuales, sino también enviar un mensaje de que el liderazgo de Zelenski sigue siendo dinámico y capaz de adaptarse a las circunstancias.
Para muchos, estos ajustes también podrían interpretarse como una estrategia para renovar la confianza pública y mitigar el creciente descontento. Zelenski parece estar buscando un equilibrio entre mantener la estabilidad de su gobierno y responder a las demandas de una población cansada de la guerra.
De esta forma, el “plan de victoria” de Zelenski es, en última instancia, una apuesta ambiciosa por el futuro de Ucrania. Busca no solo asegurar el apoyo militar y económico necesario para continuar resistiendo la agresión rusa, sino también posicionar a Ucrania como un actor central en la seguridad y política europea.
El éxito de este plan, sin embargo, dependerá en gran medida del respaldo internacional, en particular del apoyo de Estados Unidos. Si Zelenski logra obtener el apoyo necesario durante su visita a Washington, Ucrania podría estar más cerca de asegurar una victoria o, al menos, un acuerdo que le permita reconstruir su país con dignidad. Sin embargo, si el apoyo flaquea, el conflicto podría prolongarse, llevando a Ucrania a enfrentar aún más desafíos y sacrificios.
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