En medio de la creciente escalada entre Israel y Hezbolá en el sur del Líbano, fuentes israelíes y occidentales han confirmado que el grupo militante libanés ha instado reiteradamente a Irán a involucrarse directamente en el conflicto. Sin embargo, Irán ha decidido abstenerse, señalando que “no es el momento adecuado” para intervenir militarmente. Esta decisión ha sido motivada en parte por la presencia del presidente iraní, Masoud Pezeshkian, en la Asamblea General de la ONU en Nueva York, lo que complica cualquier decisión estratégica de Teherán en estos momentos.
Exigencias de Hezbolá y la respuesta de Irán
Desde el comienzo de los ataques aéreos israelíes en el Líbano, Hezbolá ha intensificado sus operaciones militares contra Israel, lanzando misiles de largo alcance que han llegado hasta Haifa y más allá del territorio israelí. A medida que la violencia escalaba, el liderazgo de Hezbolá instó a sus aliados en Teherán a unirse a la lucha mediante un ataque directo contra Israel. La solicitud de Hezbolá ha sido vista por muchos analistas como una respuesta a la acumulación de bajas en las filas del grupo y la destrucción significativa de su arsenal, particularmente luego del asesinato de su comandante Ibrahim Qabisi en un ataque israelí en Beirut.
Pese a esta presión, Irán ha optado por no involucrarse directamente, afirmando que el contexto internacional, particularmente la participación de Pezeshkian en la ONU, hace que un ataque en este momento no sea oportuno. Funcionarios israelíes señalaron que Irán ha mostrado prudencia en sus decisiones militares, argumentando que su prioridad es evitar una confrontación a gran escala con Israel que podría involucrar a Estados Unidos de manera más activa.
Potenciales consecuencias regionales
La participación directa de Irán en el conflicto podría desestabilizar dramáticamente la región. Un ataque iraní a Israel no solo agravaría la situación, sino que podría desencadenar una respuesta inmediata de Estados Unidos, que ha reforzado su presencia militar en Medio Oriente para disuadir cualquier intervención iraní. El secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, sostuvo conversaciones recientes con su homólogo israelí, Yoav Gallant, sobre la posibilidad de que Irán participe activamente en el conflicto. Según fuentes oficiales, Austin reiteró que Washington está listo para defender a sus fuerzas y aliados en la región, advirtiendo contra cualquier intento de Irán de aprovechar la situación.
El propio presidente Pezeshkian, en una conferencia de prensa en Nueva York, indicó que Israel busca ampliar el conflicto, pero subrayó que Irán no quiere caer en lo que describió como “una trampa”. Teherán, según Pezeshkian, sigue apoyando a Hezbolá, pero considera que una participación directa en estos momentos podría ser contraproducente, especialmente dado el actual clima diplomático internacional.
La escalada militar entre Israel y Hezbolá
Desde el 7 de octubre, Israel y Hezbolá han estado inmersos en los enfrentamientos más violentos desde la guerra de 2006. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han lanzado repetidos ataques aéreos en territorio libanés, causando cientos de muertes y desplazando a decenas de miles de personas del sur del Líbano. A su vez, Hezbolá ha incrementado sus ataques con misiles y drones, afectando a más de un millón de israelíes. Aunque la mayoría de los misiles han sido interceptados por el sistema antiaéreo de Israel, algunos han causado daños y heridos.
Hezbolá ha sufrido pérdidas significativas durante estos enfrentamientos, incluidos varios de sus altos mandos, lo que ha debilitado su capacidad operativa. Israel ha logrado destruir una parte considerable del arsenal de cohetes y misiles del grupo. Sin embargo, la capacidad de Hezbolá de lanzar ataques aún permanece, lo que mantiene la tensión en la región.
El asesinato de Haniyeh y el pedido de represalia
Un elemento clave en la solicitud de Hezbolá a Irán de involucrarse más directamente en el conflicto fue el asesinato del líder de Hamás, Ismail Haniye, en Teherán hace dos meses. Este ataque generó preocupación tanto en Israel como en Estados Unidos, que temían una represalia por parte de Irán similar a los ataques con misiles y drones ocurridos en abril. Sin embargo, hasta ahora, Irán no ha respondido militarmente a dicho asesinato, lo que ha sorprendido a algunos analistas que esperaban una reacción más rápida.
Pese a las presiones de Hezbolá en los últimos días, Irán ha mantenido su postura de no involucrarse en una escalada militar, expresando reservas sobre el momento y las posibles consecuencias de un ataque a Israel.
A medida que la situación en la frontera entre Israel y Líbano sigue deteriorándose, la posibilidad de una guerra a gran escala en la región aumenta. La administración de Joe Biden está profundamente preocupada por la posibilidad de que el conflicto se expanda, lo que podría incluir la participación activa de Irán y, en consecuencia, una intervención militar estadounidense más directa.
Por ahora, Teherán parece decidido a mantener su enfoque estratégico de prudencia, a la espera de un momento más oportuno para intervenir directamente en el conflicto. Sin embargo, la presión de Hezbolá y los eventos sobre el terreno podrían forzar a Irán a reconsiderar su posición.
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Con información de: Axios