China realizó el miércoles una nueva prueba de misiles balísticos intercontinentales (ICBM) en el Océano Pacífico. Esta acción suscitó preocupaciones de seguridad entre varios países debido a la creciente rivalidad entre China y Estados Unidos, además de las disputas territoriales que el gigante asiático mantiene con Japón, Taiwán, Filipinas y otras naciones del Indo-Pacífico.

En este sentido, el Gobierno chino, a través de su Ministerio de Defensa, aseguró que el ensayo formaba parte de un entrenamiento anual rutinario y cumplía con las normativas internacionales, remarcando que no estaba dirigido contra ningún país en particular. Además, detalla que el misil balístico intercontinental, equipado con una ojiva simulada, cayó en un área designada del Océano Pacífico.

Sin embargo, este lanzamiento fue percibido como una demostración de poderío militar y una señal de que China sigue fortaleciendo sus capacidades nucleares, lo que genera inquietudes respecto a una posible carrera armamentista en la región. Expertos como James Acton, del Carnegie Endowment for International Peace, destacaron lo inusual de la prueba, ya que China no realizaba lanzamientos similares desde 1980. “Cuando no han hecho algo durante 44 años y luego lo hacen, eso es significativo”, afirmó Acton a The Associated Press.

Además, la prueba misilística china llega en un momento delicado para el Gobierno del país asiático, que enfrenta presiones internas, debido a una crisis económica, y la expulsión de altos funcionarios de la Fuerza de Cohetes por corrupción. Ante este escenario, especialistas de Defense News afirman que el lanzamiento puede interpretarse como una maniobra para reafirmar la estabilidad y control del Partido Comunista sobre el aparato militar y, a su vez, mostrar fortaleza ante la comunidad internacional.

Con una carrera armamentística entre China y Estados Unidos, crece la militarización en el Indo-Pacífico

China, miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU con derecho a veto, sigue promoviendo una política nuclear de “no ser el primero en utilizar” armas de este tipo, aunque las recientes pruebas apuntan a un incremento en su capacidad disuasoria. De acuerdo con Jeffrey Lewis, experto en misiles del Centro James Martin, el Gobierno chino está enviando una clara señal al mundo: “Estamos entrando en una nueva era, una carrera armamentista entre China y Estados Unidos”.

Lo cierto es que la creciente militarización en la región del Indo-Pacífico, sumada a los ejercicios misilísticos de China, plantea serios desafíos a la estabilidad de una zona estratégica. Si bien las autoridades de Japón y Taiwán no emitieron comentarios sobre el reciente lanzamiento, estos países mantienen fuertes sistemas de defensa para hacer frente a las maniobras chinas, incluyendo sistemas de alerta temprana y refugios antiaéreos.

Fuente: Defense News

Redacción
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