A pesar de las quejas expresadas por China, EE.UU. confirmó que mantendrá los misiles de alcance medio desplegados en Filipinas con el objetivo de reforzar la disuasión en la región. En abril, el ejército estadounidense transportó el sistema de misiles Typhon, una plataforma terrestre que puede lanzar el misil Standard Missile-6 y el misil de ataque terrestre Tomahawk, al norte de Filipinas como parte de ejercicios militares conjuntos con tropas filipinas, y para evaluar su capacidad de despliegue aéreo con la Fuerza Aérea estadounidense.
EE.UU. mantiene su sistema de misiles de alcance medio en Filipinas
Los misiles Tomahawk tienen un alcance de más de 1,600 kilómetros, lo que sitúa a China dentro de su radio de acción. Los funcionarios están considerando mantener el sistema en el norte de Filipinas hasta abril del próximo año, coincidiendo con los ejercicios anuales a gran escala Balikatan, que en tagalo significa “hombro con hombro”.
Los dos funcionarios hablaron bajo condición de anonimato porque no estaban autorizados a discutir públicamente el sensible despliegue de los misiles estadounidenses. No hubo declaraciones inmediatas de representantes estadounidenses.
Diplomáticos chinos han expresado reiteradamente su preocupación al gobierno filipino, advirtiendo que el despliegue del sistema de misiles podría generar inestabilidad en la región.
Las disputas territoriales en la región y la alarma china
Anteriormente, un portavoz del ejército filipino señaló que el sistema estaba previsto para ser retirado a finales de este mes. Sin embargo, el secretario de Defensa de Filipinas, Gilberto Teodoro Jr., no confirmó ni negó una posible extensión del despliegue.
Teodoro, al ser consultado por periodistas durante una exhibición de la industria de defensa en Manila, rechazó las quejas de China,gu calificándolas de intromisión en los asuntos internos de Filipinas. “China dice estar alarmada, pero eso es interferencia en nuestros asuntos internos. Están usando psicología inversa para desalentarnos de fortalecer nuestras capacidades defensivas”, señaló Teodoro.
“Antes de que hagan comentarios, ¿por qué no dan el ejemplo? Desmantelen su arsenal nuclear, eliminen sus misiles balísticos, abandonen el Mar de Filipinas Occidental y retiren su presencia de Mischief Reef”, añadió. “No lancen piedras si viven en una casa de cristal”.
Teodoro utilizó el nombre filipino para referirse al disputado Mar de China Meridional y a un arrecife que China capturó en 1995, el cual ha convertido en una de sus siete bases insulares protegidas con misiles en la zona. El jefe militar filipino, general Romeo Brawner Jr., informó que solicitó a las autoridades militares estadounidenses que mantengan el sistema de misiles en Filipinas, aunque evitó comentar cuál fue la respuesta.
La amenaza de la presencia militar estadounidense
En agosto, el secretario de Asuntos Exteriores de Filipinas, Enrique Manalo, indicó que su homólogo chino, Wang Yi, expresó la “muy notable” preocupación de China por el despliegue de misiles estadounidenses en Filipinas durante conversaciones celebradas en Laos, en el marco de reuniones de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN).
Manalo mencionó que Wang advirtió sobre el potencial desestabilizador de la presencia de estos misiles, pero él respondió que no coincidía con esa valoración, argumentando que no representaban una amenaza y que el despliegue era temporal. A pesar de que el sistema de misiles fue trasladado a Filipinas para ejercicios conjuntos en abril, no fue utilizado en esos entrenamientos, según señalaron fuentes militares de ambos países.
China se ha mostrado en contra del aumento de la presencia militar estadounidense en la región, incluidas Filipinas, argumentando que esto podría comprometer la paz y estabilidad regionales. Tanto Estados Unidos como Filipinas han criticado repetidamente las acciones cada vez más agresivas de China en el Mar de China Meridional, escenario de enfrentamientos frecuentes entre los guardacostas chinos y filipinos desde el año pasado.
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