El ejército israelí ha intensificado su campaña militar en el Líbano, afirmando haber atacado el cuartel general principal de Hezbolá en Dahieh, una zona suburbana al sur de Beirut. Según el portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), contralmirante Daniel Hagari, el ataque fue preciso y se centró en una sede ubicada bajo edificios residenciales en el corazón del bastión de Hezbolá. Este operativo forma parte de una serie de bombardeos aéreos lanzados contra la organización militante chií respaldada por Irán.
Los informes locales, particularmente del canal libanés Al Jadeed, confirmaron que una decena de ataques consecutivos golpearon las instalaciones de Hezbolá en Dahieh, y las imágenes de televisión mostraban densas columnas de humo ascendiendo desde el lugar del ataque. Sin embargo, las FDI no han confirmado si el líder de la organización, Hassan Nasralá, estaba presente durante el bombardeo.
El ataque ocurre en un contexto de creciente tensión entre Israel y Hezbolá, que ha escalado en los últimos días con enfrentamientos a lo largo de la frontera israelí-libanesa. Según Hagari, las FDI se encuentran en plena preparación para una potencial ofensiva terrestre en el Líbano, en caso de que la situación lo requiera. “Estamos decididos a tomar todas las medidas necesarias para proteger a nuestro pueblo y garantizar que las familias israelíes puedan vivir en seguridad”, subrayó el portavoz militar.
Este bombardeo se enmarca en la operación “Flechas del Norte”, una ofensiva que ha sido lanzada con el objetivo de debilitar las capacidades de Hezbolá, acumuladas durante dos décadas. En las últimas 24 horas, las FDI afirmaron haber lanzado cerca de 2.000 municiones sobre objetivos estratégicos de la organización, logrando destruir una serie de depósitos de armas y eliminar a altos mandos de la Fuerza Radwan, una unidad de élite del grupo militante.
Crece la tensión en Medio Oriente tras el ataque de Israel a Beirut
Fuentes cercanas al gobierno de Estados Unidos indicaron que el bombardeo contra el cuartel general de Hezbolá en Beirut representa una significativa escalada del conflicto. La intensificación de los combates entre ambos actores ha cobrado la vida de aproximadamente 700 personas y ha desplazado a unas 90.000 en el Líbano, según estimaciones recientes. Asimismo, funcionarios de la administración Biden han estado buscando maneras de mediar un alto el fuego entre Israel y Hezbolá para evitar una invasión terrestre a gran escala, que podría acarrear graves consecuencias humanitarias.
Aunque aún no se ha confirmado si Nasralá fue alcanzado en el ataque, expertos como Firas Maksad, del Instituto de Oriente Próximo, advierten que la muerte del líder de Hezbolá sería uno de los golpes más duros que ha recibido la organización en décadas. “La eliminación de Nasralá podría llevarnos a un punto de no retorno, cruzando el umbral hacia una guerra total”, afirmó Maksad, agregando que este escenario parece cada vez más probable, dado que las FDI continúan su preparación para una ofensiva terrestre en el sur del Líbano.
La región ha sido testigo de varias etapas de conflicto entre Israel y Hezbolá, la más reciente en 2006, cuando una guerra de un mes dejó miles de muertos y heridos, además de provocar una devastación masiva en el sur del Líbano. En el actual contexto de inestabilidad regional, marcado también por la guerra en Gaza, el riesgo de un conflicto a gran escala entre Israel y Hezbolá añade una nueva capa de complejidad geopolítica.
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**Imágenes empleadas de forma ilustrativa