Luego de la reciente visita a EE.UU., Zelenski vuelve a su país sin recibir la autorización necesaria para utilizar armas estadounidenses dentro de Rusia. No hubo cambios en la postura estadounidense y, hasta ahora, solo algunos países occidentales han permitido a Kiev utilizar estas armas en las regiones fronterizas.
En Washington, el mandatario pidió al presidente Joe Biden y a la vicepresidenta Kamala Harris que levantaran las restricciones al uso de misiles Storm Shadow y ATACMS. Zelenski también solicitó hablar de la autorización de las armas en Ucrania con senadores estadounidenses, como Lindsey Graham que apoyó la petición.
La noticia ocurre menos de 24 horas después de que Putin advirtiera que un posible ataque aéreo ucraniano contra Rusia podría desencadenar una respuesta nuclear. Pero a pesar de la poca respuesta estadounidense, la administración Biden ha buscado remarcar su apoyo a Ucrania.
Recientemente, EE.UU. anunció un paquete de ayuda militar por 8.000 millones de dólares aproximadamente, incluyendo las primeras entregas de bombas planeadoras de alta precisión denominadas Joint Standoff Weapon (JSOW). Estas reforzarán la capacidad de ataque de Ucrania, aunque no cumplirán con el objetivo de Zelenski de destruir bases militares rusas lejos de la frontera.
Biden también anunció una batería de defensa aérea adicional y más misiles Patriot, junto a un mayor entrenamiento estadounidense para los pilotos ucranianos de F-16.
Muchos creen que el resultado de las elecciones presidenciales de EE.UU. en noviembre determinarán, en gran medida, el futuro de la guerra entre Rusia y Ucrania. Hoy día, el gigante norteamericano ha proporcionado unos 175.000 millones de dólares en ayuda militar y económica a Kiev durante la guerra.
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