La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) ha intensificado sus vuelos de vigilancia sobre Rumanía con el fin de monitorear de cerca la actividad aérea de Rusia en las cercanías de la frontera rumana. Esta medida, que comenzó el 29 de septiembre de 2024, forma parte de los esfuerzos de la Alianza por fortalecer la seguridad y la capacidad de respuesta de sus miembros en la región, especialmente frente a la creciente presencia de aviones militares rusos en la zona.

La operación se lleva a cabo con aviones del Sistema Aerotransportado de Alerta y Control (AWACS, por sus siglas en inglés), una de las herramientas más avanzadas de vigilancia aérea a disposición de la OTAN. Los AWACS son aeronaves especializadas que cuentan con un sofisticado radar aerotransportado, capaz de proporcionar una cobertura de 360 grados y detectar amenazas a cientos de kilómetros de distancia. Estos aviones pueden rastrear hasta 600 objetivos simultáneamente y proporcionar información en tiempo real a las fuerzas terrestres, navales y aéreas aliadas, lo que los convierte en un recurso esencial para la vigilancia y el control del espacio aéreo.

El despliegue de los AWACS se realiza desde la base aérea de Preveza, en Grecia, y todos los vuelos operan exclusivamente en el espacio aéreo de los países miembros de la Alianza. Según un comunicado oficial de la OTAN, la intensificación de estas patrullas es una acción legítima y defensiva, que busca garantizar la seguridad y estabilidad de los miembros de la Alianza en el sudeste de Europa. Esta actividad, que ha sido recomendada por el Mando de la Fuerza Conjunta de Nápoles y aprobada por el Comandante Supremo Aliado en Europa, también se lleva a cabo en plena coordinación con las autoridades militares de Rumanía, país que se encuentra en primera línea frente a la creciente tensión con Rusia.

Un contexto de tensión creciente

El uso de aviones AWACS por parte de la OTAN no es un hecho aislado. Desde la invasión rusa a Ucrania en febrero de 2022, estas aeronaves han estado patrullando regularmente el espacio aéreo de Europa del Este y el mar Báltico, donde la actividad aérea rusa ha sido constante. Los aviones rusos, en varias ocasiones, han sido detectados volando sin plan de vuelo y con sus transpondedores apagados, lo que supone un riesgo significativo para la seguridad del tráfico aéreo civil.

En uno de los incidentes más recientes, ocurrido a finales de septiembre de 2024, seis aviones rusos fueron interceptados por cazas de la OTAN en el mar Báltico. Estas aeronaves fueron detectadas mientras volaban sin cumplir con las normativas internacionales de vuelo, lo que obligó a la Fuerza Aérea de Letonia a solicitar la intervención de aviones Eurofighter alemanes. A pesar de que no se registró ninguna violación del espacio aéreo letón, la creciente frecuencia de estos episodios ha elevado las tensiones en la región.

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Fuente: UK Defence Journal y declaraciones oficiales de la OTAN.

Redacción
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