Claudia Sheinbaum asumirá la presidencia de México este martes, convirtiéndose así en la primera mujer en liderar al país. Sheinbaum, que ganó las elecciones con una contundente mayoría en junio, enfrenta una serie de desafíos domésticos críticos como un creciente déficit presupuestario y problemas de seguridad, mientras que a nivel externo deberá abordar una compleja relación con Estados Unidos de cara a las próximas elecciones presidenciales que tendrán a Harris y Trump como protagonistas.

En este contexto, la nueva presidenta prometió seguir adelante con políticas clave de López Obrador, como los programas de bienestar social y los proyectos de infraestructura. No obstante, también buscará implementar nuevas iniciativas, como un enfoque más agresivo en el uso de energías renovables, la creación de una nueva agencia de inteligencia y el fortalecimiento de la infraestructura de salud pública para las personas mayores.

Uno de los desafíos más urgentes que enfrentará es la crisis de seguridad. A pesar de una disminución modesta en los homicidios durante la administración de López Obrador, otros delitos graves como la extorsión y las desapariciones han aumentado de manera alarmante. Además, la creciente influencia de los cárteles de la droga desató una ola de violencia en regiones como Culiacán y Chiapas, lo que ha llevado al desplazamiento de comunidades enteras.

En el ámbito económico, Sheinbaum se enfrentará a la difícil tarea de gestionar el mayor déficit presupuestario en décadas, que se acerca al 6% del PIB. Pemex, la petrolera estatal, sigue siendo la empresa más endeudada del mundo, lo que plantea un enorme desafío financiero. A pesar de ello, la presidenta ha prometido rescatar la empresa y continuar con la construcción de una refinería multimillonaria.

La relación de México con Estados Unidos, un punto clave en la presidencia de Sheinbaum

En cuanto a la relación de México con Estados Unidos, también será un punto clave en la presidencia de Sheinbaum. Mientras algunos analistas creen que su gobierno podría mejorar la cooperación en temas de seguridad con la administración Biden, un posible regreso de Donald Trump a la Casa Blanca podría tensar aún más la relación bilateral, especialmente si se reavivan amenazas como el uso de la fuerza militar estadounidense contra los cárteles en suelo mexicano.

En este sentido, un triunfo de la vicepresidenta Kamala Harris podría suponer un fortalecimiento de la relación entre ambos países. Hasta ahora, esta relación se ha mantenido con altibajos, basada en la cooperación para mejorar la seguridad fronteriza, combatir el narcotráfico y controlar el flujo de armas desde Estados Unidos, que contribuyen a la violencia en México.

Sin embargo, un segundo mandato de Donald Trump podría intensificar las fricciones entre ambos países. En reiteradas oportunidades, Trump amenazó con reimponer aranceles si es reelegido y planteó la posibilidad de recurrir al uso de la fuerza militar estadounidense contra los cárteles en México, sin el aval del Gobierno mexicano.

Fuente: The New York Times

Redacción
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