El reciente anuncio de Reino Unido sobre su decisión de ceder la soberanía del archipiélago de Chagos a Mauricio suscitó inquietud en las Islas Malvinas, que teme que este movimiento pueda sentar un precedente que afecte la situación del archipiélago en el Atlántico Sur. El acuerdo, que se formalizará mediante un tratado, permitirá que Mauricio ejerza su soberanía sobre Chagos, mientras que el Reino Unido mantendrá control sobre Diego García durante los próximos 99 años para garantizar el funcionamiento continuo de su base militar en la isla.
En este sentido, el anuncio británico suscitó reacciones entre los Gobiernos de territorios de ultramar, particularmente el de Malvinas, que temen que la decisión de ceder Chagos pueda impulsar cambios en su situación. Si bien las autoridades británicas aseguraron que los contextos históricos y legales de ambos archipiélagos son muy diferentes, la comunidad malvinense se mantiene cautelosa, considerando que cualquier cesión de soberanía en otros territorios de ultramar puede interpretarse como un debilitamiento del control británico en la región.
En respuesta a estas preocupaciones, el Gobierno de Malvinas afirmó a través de un comunicado oficial: “Me gustaría asegurarles que los contextos legales e históricos del Archipiélago de Chagos y las Islas Malvinas son muy diferentes. Los ministros británicos han dejado muy claro a lo largo de todo el proceso que el Reino Unido no aceptará nada que pueda poner en peligro la soberanía de otros territorios de ultramar”. Y añadió: “El Gobierno británico mantiene su compromiso de defender el derecho de autodeterminación de los habitantes de las Malvinas, y el compromiso inquebrantable del Reino Unido de defender la soberanía británica no ha disminuido”.
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Si Chagos constituye jurisprudencia recurramos entonces a la CIJ.