Estados Unidos y Corea del Sur han sellado un acuerdo clave que determinará el financiamiento de las tropas estadounidenses estacionadas en territorio surcoreano hasta 2030. El 12° Acuerdo de Medidas Especiales (SMA, por sus siglas en inglés), anunciado por el Ministerio de Asuntos Exteriores de Corea del Sur, estipula que Seúl incrementará su contribución en un 8,3% para 2026, y que los aumentos anuales subsecuentes estarán vinculados a la inflación en lugar de al crecimiento del presupuesto de defensa.
Este nuevo acuerdo marca un retorno al sistema de ajuste basado en el índice de precios al consumidor (IPC), en lugar de basarse en el incremento del presupuesto de defensa, que había sido la norma en años recientes. En 2026, la contribución de Corea del Sur comenzará en 1,52 billones de wones (equivalente a 1.100 millones de dólares). Se prevé que para 2030, esa cifra alcance los 1,64 billones de wones, lo que representaría un aumento total del 17,2%, con un incremento promedio anual del 3,2%. Esta cifra contrasta con el crecimiento promedio anual del 6,2% registrado en el acuerdo anterior.
Estabilidad a largo plazo y negociaciones prolongadas
El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Corea del Sur, Lee Jae-woong, celebró el acuerdo afirmando que su conclusión antes de la expiración del actual SMA, prevista para 2025, garantiza estabilidad a largo plazo en la presencia de tropas estadounidenses en el país. Este 12° acuerdo fue negociado en ocho rondas de conversaciones a lo largo de cinco meses, concluyendo las discusiones entre el 25 de septiembre y el 2 de octubre de este año.
El SMA es un acuerdo crucial en la alianza de defensa entre Estados Unidos y Corea del Sur, dado que regula la contribución financiera de Seúl para mantener a las tropas estadounidenses estacionadas en la península coreana. Las negociaciones para este nuevo pacto comenzaron en abril, casi 20 meses antes de que expirara el acuerdo vigente, en parte debido a preocupaciones sobre una posible reelección de Donald Trump. El expresidente había sido crítico de Corea del Sur, calificándola como un “beneficiario gratuito” de la seguridad proporcionada por Estados Unidos, lo que generó incertidumbre sobre el futuro de este tipo de acuerdos.
A diferencia de Estados Unidos, donde este tipo de acuerdos no requieren la aprobación del Congreso, en Corea del Sur el SMA debe ser ratificado por el parlamento. Esta diferencia implica que un cambio en la administración estadounidense podría no invalidar el acuerdo fácilmente sin una justificación sólida, dado que los acuerdos internacionalmente vinculantes como el SMA tienen la misma fuerza legal que las leyes nacionales en ambos países, lo que garantiza su estabilidad jurídica.
Impacto y desafíos futuros
El acuerdo no solo asegura la estabilidad financiera de la presencia militar estadounidense en Corea del Sur, sino que también introduce reformas clave. Entre ellas, la eliminación del uso de las contribuciones surcoreanas para financiar activos militares de Estados Unidos estacionados fuera de la península coreana. Este cambio es visto como un paso hacia una mayor equidad en la distribución de los costos de defensa.
A pesar de los cambios y mejoras introducidos, el primer año del nuevo acuerdo verá un aumento significativo del 8,3%, lo que llevará la contribución de Corea del Sur a 1,52 billones de wones en 2026. Esta cifra se acerca a los 1,59 billones de wones que Donald Trump exigió durante su mandato, lo que refleja el aumento de los costos asociados con la ampliación de las fuerzas estadounidenses en Corea y los gastos de gestión de proyectos militares.
Si bien el nuevo acuerdo reduce la carga financiera en comparación con su predecesor, las expectativas de inflación y la reintroducción de un tope anual establecen un marco más predecible y controlado para los próximos años. No obstante, cualquier cambio en el panorama político de Estados Unidos podría generar incertidumbre sobre el futuro de este acuerdo, especialmente si Trump regresara al poder.
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