Las elecciones municipales de 2024 en Brasil, que tuvieron lugar el pasado domingo, marcaron un giro importante en el escenario político del país. Los resultados marcaron un escenario electoral altamente fragmentado, con el principal fortalecimiento del Partido Liberal (PL), asociado al expresidente Jair Bolsonaro, por sobre el Partido de los Trabajadores (PT) de Lula da Silva.
En este sentido, durante la primera vuelta de las elecciones, el Partido Liberal ganó en 10 de los municipios con más de 200.000 votantes, lo que representa su mejor desempeño en las grandes ciudades desde el año 2000. En contraste, el Partido de los Trabajadores de Luiz Inácio Lula da Silva obtuvo un desempeño discreto, logrando la victoria en solo dos alcaldías de importancia durante la primera vuelta. Esta situación recuerda el retroceso que sufrió el PT en 2016, cuando apenas consiguió una victoria en ciudades claves.
Los primeros análisis de estos resultados dejan entrever algunas cuestiones importantes para tener en cuenta respecto al escenario político brasileño. Por un lado, que a pesar de que Lula ocupa la presidencia, su partido no logra recuperar la fortaleza electoral que mantuvo en la primera década de los años 2000. Mientras que la influencia de Bolsonaro continua creciendo a pesar de su derrota en las elecciones presidenciales de 2022. Analistas afirman que el PL se posiciona como el favorito para la segunda vuelta, con 23 candidatos avanzando a la fase decisiva en los centros urbanos.
Además del Partido Liberal, otros partidos como Unión Brasil y el Partido Progresista ganaron terreno, obteniendo ocho y siete alcaldías respectivamente en las ciudades más grandes. Esta diversificación del voto también refleja un electorado brasileño cada vez más fragmentado, con una preferencia creciente por alternativas al Partido de los Trabajadores y sus rivales tradicionales.
Por otro, la importancia de estas elecciones radica en la influencia que los resultados locales tienen en la política nacional de Brasil. Las 103 ciudades más grandes representan el 38,8% del total del electorado, y las tendencias que se manifiestan en estos centros urbanos suelen anticipar el comportamiento electoral en contiendas nacionales.
En este contexto, el fortalecimiento del Partido Liberal y la relativa debilidad del Partido de los Trabajadores perfilan un nuevo equilibrio de poder en Brasil, de cara a las elecciones presidenciales de 2026. Mientras el partido de Bolsonaro busca consolidar su base urbana, el PT se enfrenta al desafío de recuperar la conexión con sus antiguos bastiones. El resultado de la segunda vuelta el 27 de octubre será crucial para definir el futuro político del país y las estrategias de cada partido.
Elecciones Brasil: segunda vuelta para la alcaldía de São Paulo
Entre las contiendas más destacadas de la segunda vuelta se encuentra la de São Paulo, donde el actual alcalde Ricardo Nunes se enfrentará a Guilherme Boulos, líder de la izquierda brasileña. En la primera vuelta, Nunes, representante de un enfoque de centro-derecha, obtuvo una leve ventaja sobre Boulos, con menos de 30,000 votos de diferencia. Sin embargo, la clave de esta etapa final radica en la capacidad de ambos candidatos para ampliar su base de apoyo en una ciudad profundamente dividida políticamente.
Una encuesta citada por The Río Times revela que una de las principales ventajas de Nunes se da en su baja tasa de rechazo entre los votantes. Solo el 25% de los ciudadanos de São Paulo afirma que no votaría por él, en comparación con el 38% que rechaza a Boulos. Esto le permite a Nunes una mayor capacidad de maniobra para atraer a electores indecisos, especialmente aquellos que apoyaron a otros candidatos en la primera vuelta.
Por otro lado, Boulos se enfrenta al reto de desmarcarse de su imagen de radical y convencer a los electores de su capacidad para administrar la ciudad más grande de Brasil. A pesar de sus esfuerzos por mostrarse como un candidato más moderado, su experiencia en el Congreso como diputado federal, con menos de dos años de gestión, se presenta como un punto débil frente a la administración municipal de Nunes.
En Río de Janeiro, el alcalde fue reelegido el domingo, mientras que otros tendrán que esperar a la segunda vuelta
Mientras que en Río de Janeiro, Eduardo Paes fue reelegido como alcalde, obteniendo un amplio respaldo con el 60,26% de los votos con el 93,66% de los sufragios escrutados. Esta victoria, dedicada al presidente Luiz Inácio Lula da Silva y al Gobernador de Río de Janeiro, Cláudio Castro, refuerza la alianza entre el gobierno central y la administración de la ciudad.
La contienda en Río de Janeiro fue particularmente observada de cerca debido al apoyo del expresidente Jair Bolsonaro a Alexandre Ramagem, su exdirector de la Agencia de Inteligencia Brasileña. Ramagem, quien obtuvo el 30,95% de los votos, se posicionó como el principal rival de Paes, aunque no logró forzar una segunda vuelta. Este resultado representa un revés para Bolsonaro en una ciudad que ha sido un bastión político importante para él y su partido.
Mientras tanto, en Foz do Iguaçu, el candidato bolsonarista, Joaquim Silva e Luna, obtuvo la victoria al superar el umbral necesario para evitar la segunda vuelta, con el 50,14% de los votos. Silva e Luna, exministro de Defensa y primer militar en ocupar dicho cargo, representa una continuidad de la influencia de las Fuerzas Armadas en la política local. Florianópolis también experimentó un triunfo de un candidato alineado con el bolsonarismo, Topázio Neto, del PSD, quien fue reelegido con el 58,68% de los votos. El respaldo de líderes como la ex primera dama Michelle Bolsonaro fue clave para fortalecer la campaña de Neto.
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Fuente: The Rio Times