El secretario de Estado de los Estados Unidos, Antony Blinken, advirtió recientemente a China sobre el aumento de provocaciones militares hacia Taiwán, en respuesta a la creciente tensión en la región. Esta advertencia llegó tras el discurso del presidente taiwanés, Lai Ching-te, en el que rechazó las pretensiones de soberanía de China sobre la isla. La intervención de Blinken se dio en el marco de una conferencia de prensa realizada en Vientián, Laos, donde también participaba en la Cumbre de Asia Oriental.

Contexto histórico y tensiones actuales

La advertencia de Blinken fue clara: China no debe utilizar el tradicional discurso taiwanés del “Doble Diez” como pretexto para intensificar sus acciones provocadoras. Esta fecha, el 10 de octubre, marca la fundación de la República de China en 1912, un acontecimiento significativo en la historia de Taiwán. Pekín, por su parte, celebra su fiesta nacional el 1 de octubre, conmemorando la creación de la República Popular China en 1949, cuando los comunistas tomaron el poder tras derrotar a los nacionalistas en una guerra civil.

Achmad Ibrahim/POOL/AFP

Las tensiones entre China y Taiwán han sido constantes desde ese momento. Taiwán se autogobierna desde 1949, pero el gobierno chino nunca ha renunciado a su intención de reintegrar la isla bajo su control. En los últimos años, Pekín ha intensificado sus amenazas militares y diplomáticas, en especial tras discursos como el de Lai Ching-te, que desafiaron abiertamente las reclamaciones chinas.

Acciones militares chinas y respuesta de Taiwán

Los recientes movimientos militares chinos en las cercanías de Taiwán reflejan la creciente tensión. En las primeras horas del viernes, el Ministerio de Defensa de Taiwán reportó la presencia de 20 aviones militares chinos y 10 buques de guerra cerca de la isla. De estos, 13 aviones cruzaron la línea media del estrecho de Taiwán, ingresando en la Zona de Identificación de Defensa Aérea de Taiwán. Estos incidentes se suman a otros 27 aviones y nueve buques chinos detectados en los días anteriores.

Por su parte, el gobierno chino sigue manteniendo que Taiwán no tiene soberanía. En respuesta al discurso de Lai, Mao Ning, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, acusó al presidente taiwanés de “aumentar deliberadamente las tensiones en el estrecho de Taiwán para beneficio político personal”. Este tipo de retórica refuerza la postura agresiva de Pekín respecto a la isla.

In this photo provided by China’s Xinhua News Agency, a People’s Liberation Army member looks through binoculars during military exercises as Taiwan’s frigate Lan Yang is seen at the rear, on Friday, Aug. 5, 2022. China is holding drills in waters around Taiwan in response to a recent visit by U.S. House Speaker Nancy Pelosi. (Lin Jian/Xinhua via AP)

El papel de Estados Unidos y la estabilidad en el estrecho de Taiwán

Estados Unidos ha sido un firme aliado de Taiwán, aunque sus relaciones diplomáticas con la isla han estado regidas por la “Ley de Relaciones con Taiwán” desde 1979, cuando Washington reconoció oficialmente a Pekín como el gobierno de China. Bajo esta ley, Estados Unidos se compromete a suministrar equipos de defensa a Taiwán, aunque sin un reconocimiento formal de su soberanía.

En su declaración desde Laos, Blinken subrayó que existe un consenso entre los países de la ASEAN y otras naciones presentes en la Cumbre de Asia Oriental para preservar la paz y la estabilidad en el estrecho de Taiwán. Este llamado a la calma es crucial en un momento en el que el mundo observa con preocupación el aumento de las tensiones en la región.

La presencia militar china cerca de Taiwán y las advertencias del gobierno taiwanés ponen de manifiesto la fragilidad del statu quo actual. Si bien Washington continúa reafirmando su apoyo a Taiwán, las dinámicas entre las grandes potencias en el Pacífico seguirán marcando el rumbo de esta disputa.

La insistencia de China en reclamar la isla, junto con la creciente cooperación militar entre Taiwán y Estados Unidos, es un punto central en las relaciones internacionales de la región. Mientras tanto, el presidente Lai ha intentado poner en evidencia la contradicción en las pretensiones chinas, al señalar que si Pekín realmente basara sus reclamaciones en la integridad territorial, también debería intentar recuperar los 600.000 kilómetros cuadrados de tierra cedidos a Rusia en el siglo XIX, una superficie comparable a la de Ucrania.

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Redacción
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