Rusia registró avances lentos pero con altísimos costos en el este de Ucrania, particularmente en la región del Donbass, según estimaciones de funcionarios estadounidenses citados por POLITICO. Estos logros implicaron un costo elevado para el Kremlin, ya que las bajas rusas superaron las 600.000 desde el inicio del conflicto, un número mayor a las pérdidas sufridas durante la invasión soviética a Afganistán en la década de 1980.
En este sentido, las fuerzas rusas lograron capturaron varias ciudades clave en el Donbass, acercándose a la estratégica ciudad de Pokrovsk, un importante centro de transporte para las fuerzas ucranianas. Este avance fue posible gracias a una estrategia que empleó ataques de artillería masivos seguidos de oleadas de tropas, que, aunque efectivas, resultaron en miles de bajas en el terreno.
Pero a pesar de los avances de las fuerzas rusas, la situación en el frente sigue siendo complicada para ambos bandos. Mientras Moscú parece dispuesto a sostener su campaña de desgaste a corto plazo, la falta de coordinación y problemas logísticos obstaculizaron una ofensiva más contundente. Según análisis recientes, Rusia enfrenta dificultades para reorganizar sus tropas y mantener un suministro constante en el frente.
El conflicto, que mostró una escalada significativa en la intensidad de los combates, también enfrenta una dimensión logística y económica importante. Al tiempo que Rusia incrementó la producción de armamento e intensificó su reclutamiento de soldados, la guerra generó una presión considerable en su economía y su mercado laboral, lo que podría limitar su capacidad de mantener una campaña prolongada.
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Fuente: POLITICO