La semana pasada, la Organización Mundial del Comercio (OMC) actualizó su perspectiva sobre el comercio global, destacando un panorama mixto donde las economías emergentes de Asia sobresalen en medio de un entorno global incierto, mientras que los países europeos se encuentran ante dificultades en su inserción económica externa. Entre las principales economías globales, Vietnam se consolidó como un modelo de crecimiento exportador. En este artículo analizaremos algunos puntos claves sobre Vietnam que destacaron tanto la OMC, como el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Los números globales frente al crecimiento vietnamita

El comercio internacional de bienes experimentó un crecimiento moderado del 2,7% en 2024 (con las cifras de octubre), con una leve mejoría frente al 2,6% proyectado en abril según la OMC. Este repunte se explica por el aumento del consumo, facilitado por la reducción de la inflación y las tasas de interés en economías avanzadas. Asia, en particular, se destaca como la región de mayor crecimiento, con un incremento de 7,4% en sus exportaciones, impulsado en gran parte por el dinamismo de sus economías, entre las que se destaca Vietnam. Los datos de la OMC remarcan que Vietnam, en comparación con otras economías de la región, aumentó un 16% sus exportaciones durante el primer semestre de 2024.

Vinculación global y “economía de enlace”

Este crecimiento no es casual. Su economía tuvo un dinámico y sostenido crecimiento en las últimas dos décadas, con proyecciones también positivas. Cuenta con 13 Tratados de Libre Comercio que le conceden al  país acceso preferencial al 90% del PBI mundial (aranceles cero para listas de productos  incluidos en cada uno de los tratados). El país, al igual que la República Popular China, emprendió en 1986 un programa de reformas  conocido como “Doi Moi”, que llevó a una modernización productiva y apertura comercial.

En 2024, el Fondo Monetario Internacional estimó que la economía vietnamita crecería un 6% en términos de producto interno bruto (PBI), destacando que gran parte de este crecimiento se debe al desempeño de sus exportaciones​. Este crecimiento responde a múltiples drivers, incluyendo la inversión extranjera directa (IED), que fortaleció sectores clave como la electrónica, textiles y maquinaria​. La recuperación del consumo, el turismo y la inversión permiten proyectar un crecimiento del 6,1 para el 2024, y 6,5 para 2025 y 2026 según el BM.

Por otro lado, Vietnam, junto a México, se convirtieron en economías que unen a los actores del comercio internacional de China y EE UU (o “economía de enlace”). La Unión Europea redujo las importaciones provenientes de China, pero las importaciones desde Vietnam y la India reemplazaron la posición de Beijing. Si bien el comercio bilateral entre los EE UU y China no está en el mejor momento, Vietnam se erige como socio para ambos países, y el mundo, para esquivar las trabas arancelarias. Durante la semana, el primer ministro vietnamita se reunió con su par de China para firmar acuerdos de complementación económica y cooperación militar. Por otro lado, en los últimos años Vietnam profundizó la cooperación económica con los EE UU a fin de ser una alternativa para las empresas estadounidenses que buscan salir de China, pero no abandonar el continente asiático por sus costos competitivos y gran mercado. Sin embargo, los EE UU aún consideran a Vietnam como una economía cerrada, debido al dumping de sus exportaciones según el Departamento de Comercio norteamericano.

Riesgos a mitigar para Vietnam

Sin embargo, hay advertencias para la economía vietnamita. Según el FMI, uno de los principales riesgos de Vietnam es la dependencia del comercio exterior, lo que hace al país muy sensible a las fluctuaciones en la demanda global. Además, la creciente competencia de otros países del sudeste asiático, como Tailandia y Malasia, plantea una amenaza a la posición de Vietnam en la región​. El lado positivo es el posible crecimiento en la demanda de consumidores chinos, y la estabilidad de la economía estadounidense. 

Para mantener su ritmo de crecimiento, Vietnam deberá continuar con las reformas estructurales y mejorar su infraestructura logística y de transporte, según el Banco Mundial. Para el Banco Mundial, Vietnam necesita mayor inversión en infraestructura portuaria y de transporte para mantenerse competitivo en las próximas dos décadas. Por otro lado, la seguridad jurídica debe mejorar según el FMI, y para el Banco Mundial el foco también debe posicionarse en la mejora de los indicadores sociales del país. 

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Joaquín Bernardis
Licenciado en Relaciones Internacionales (UCSF). Investigador en el Observatorio de Política Internacional (UCSF). Consultor en internacionalización. Docente universitario en marketing internacional (UCU). Especializado en desarrollo de negocios con mercados asiáticos (UNRaf).

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