El Consejo de Seguridad de la ONU ha manifestado su profunda preocupación por la seguridad de las fuerzas de paz en el sur del Líbano, luego de que las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) atacaran varias posiciones de Hezbolá en Beirut, donde lamentablemente también se encontraba la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas en el Líbano (FPNUL).
Los incidentes recientes, incluyendo ataques directos y la entrada de tanques israelíes en un complejo de la ONU, han incrementado la tensión en la región. Israel ha argumentado que estos ataques fueron accidentales o en defensa propia contra Hezbolá, pero estas justificaciones no han sido bien recibidas a nivel internacional. La ONU ha calificado estos ataques como posibles crímenes de guerra, y las FDI han solicitado que la FPNUL se retire cinco kilómetros de la línea azul que separa Israel del Líbano, lo cual podría exponer la región a más violencia.
La FPNUL ha estado presente en la zona desde 1978 y ha sufrido grandes pérdidas, convirtiendo al Líbano en una de las misiones más costosas para la ONU. A pesar de los riesgos, el Consejo de Seguridad considera improbable una retirada, dado que su presencia sigue siendo crucial para supervisar las hostilidades, proteger a civiles y proporcionar asistencia humanitaria.
Algunos analistas sugieren que Israel podría estar considerando restablecer una “zona de seguridad” en el sur del Líbano, similar a la establecida durante la guerra civil libanesa, que sirviera como amortiguación para el norte de Israel. Sin embargo, esta opción conllevaría grandes riesgos, ya que Israel no cuenta con múltiples aliados locales y cualquier ocupación prolongada podría derivar en una escalada del conflicto, afectando tanto a Líbano como a Israel.
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Fuente: The Conversation / LBC Group