Estados Unidos ha intensificado su participación en el conflicto en Yemen mediante el despliegue de bombarderos B-2 de largo alcance. Estos ataques, llevados a cabo contra búnkeres subterráneos utilizados por los rebeldes hutíes, marcan una nueva fase en la respuesta militar de Washington a las amenazas en el corredor del Mar Rojo.
El secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, señaló que el objetivo de los bombardeos fue impactar en cinco instalaciones subterráneas utilizadas para almacenar armamento. Según Austin, estos ataques subrayan la capacidad de las fuerzas estadounidenses para alcanzar objetivos altamente fortificados, sin importar la profundidad o el nivel de protección. La operación es vista como una advertencia directa a Irán, quien es el principal respaldo de los hutíes.
El uso de los B-2 en este contexto representa una escalada significativa. Estas aeronaves, que rara vez son utilizadas en combate debido a su costo y capacidad estratégica, han sido esenciales en conflictos anteriores como Kosovo, Afganistán y Libia. En este caso, su despliegue responde a los ataques de los hutíes contra rutas marítimas clave, afectando el transporte de más de un billón de dólares en carga anual a través del Mar Rojo.
Los hutíes han intensificado su ofensiva desde que estalló la guerra entre Israel y Hamás en octubre de 2023. En los últimos meses, han atacado más de 80 buques mercantes en la región, incluyendo drones y misiles que apuntaban a embarcaciones vinculadas a Estados Unidos, Reino Unido e Israel. Aunque los hutíes alegan que sus ataques buscan frenar la campaña militar israelí en Gaza, muchos de los barcos afectados no están directamente relacionados con el conflicto.
Además de los ataques marítimos, los rebeldes hutíes han lanzado misiles contra Israel y han derribado drones estadounidenses, intensificando la tensión en la región. Irán, aliado de los hutíes, también ha estado activo en la región, disparando misiles balísticos contra Israel y fortaleciendo su presencia militar.
El conflicto en Yemen, que comenzó en 2014, ha devastado al país más pobre del mundo árabe. Desde 2015, los hutíes se han enfrentado a una coalición liderada por Arabia Saudita, atrapando a la nación en una guerra sin solución a la vista. Los rebeldes han construido una compleja red de túneles y búnkeres subterráneos, muchos de los cuales han sido rehabilitados desde la época del antiguo régimen de Ali Abdullah Saleh.
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Fuente: Instituto Internacional de Estudios Estratégicos, al-Masirah, Departamento de Defensa de los Estados Unidos.