La escalada de tensiones entre Israel e Irán ha alcanzado un nuevo nivel tras las advertencias del comandante de la Guardia Revolucionaria de Irán, Hossein Salami, en respuesta a un posible ataque israelí en represalia por un bombardeo de misiles del 1 de octubre, atribuido a Irán.
Este cruce de amenazas ocurre en un contexto de creciente violencia en la región, especialmente en el Líbano, donde Israel ha intensificado sus ataques contra Hezbolá. La ofensiva israelí ha causado numerosas bajas, incluyendo al alcalde de Nabatieh, una ciudad en el sur del Líbano, en un ataque que también dejó decenas de heridos. Este evento ha sido denunciado por las autoridades libanesas, quienes acusan a Israel de atacar deliberadamente un edificio del gobierno, lo que marcaría una expansión de su campaña más allá de Hezbolá hacia el Estado libanés.
El conflicto bélico regional no para de recrudecerse
El conflicto se enmarca en un escenario más amplio de alianzas regionales. Irán mantiene una red de aliados en Medio Oriente, como Hezbolá, Hamás, los hutíes en Yemen y grupos armados en Irak, quienes han manifestado que no retrocederán ante la presión militar de Israel, a pesar de su superioridad bélica.
En el plano humanitario, la situación se ha deteriorado gravemente. La respuesta de Israel al ataque de Hamás ha provocado una crisis en Gaza que ahora se extiende al Líbano. El comisario europeo de gestión de crisis, Janez Lenarcic, denunció la falta de seguridad para los trabajadores humanitarios en la región y calificó el suministro de ayuda como “extremadamente insuficiente”, destacando el alto número de trabajadores humanitarios que han sido atacados y asesinados.
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Fuente: CGTN