El Ejército de EE.UU. está reforzando sus defensas antimisiles y anti-drones ante la mayor autonomía de los drones rusos, según afirmaron funcionarios militares estadounidenses y de la industria.

La amenaza de los drones rusos

Desde Epirus, una empresa que fabrica avanzados sistemas de defensa contra drones, sostienen que la tendencia hacia una mayor autonomía en los ataques rusos con drones en Ucrania está en aumento.

“Hay pruebas claras de que la autonomía total de los drones y la tecnología de enjambre serán cada vez más comunes en esta nueva era de guerra asimétrica. Un avance importante que estamos monitoreando es el uso de UAS guiados por fibra óptica y potenciados con IA, los cuales son inmunes a las interferencias y otras contramedidas electrónicas. Sin una conexión que pueda ser intervenida, los drones con IA han tenido éxito en Ucrania”, indicó un funcionario al medio Defense One.

Epirus produce el sistema de microondas de alta potencia Leonidas, diseñado para sobrecargar los circuitos de drones entrantes con energía. Este es solo uno de los diversos sistemas que el Ejército está implementando rápidamente para enfrentar amenazas de drones, que se están volviendo más variadas y difíciles de neutralizar. Rusia, Irán, China y Corea del Norte están incrementando su colaboración en varios frentes, lo que ha resultado en drones más sofisticados provenientes de estos adversarios, quienes antes no se consideraban tan avanzados tecnológicamente.

Cambios tácticos y colaboración entre Rusia, China y Corea del Norte

El mayor general David F. Stewart, quien lidera los esfuerzos del Ejército en sistemas antidrones y de fuego, comentó durante la conferencia AUSA que las nuevas tácticas y drones avanzados están permitiendo que incluso oponentes con menor tecnología puedan intensificar sus ataques, como el reciente ataque de Hezbolá con drones que mató a cuatro soldados israelíes.

“Estamos viendo muchos cambios tácticos para contrarrestar estos procedimientos del enemigo. Sus trayectorias de vuelo ahora son más difíciles de detectar por los radares”, explicó Stewart, director de la Oficina de Sistemas de Aeronaves No Tripuladas y director de fuegos en la Oficina del Jefe Adjunto del Estado Mayor. “Creo que mejorar la capacidad de detección de los Grupos 1, 2 y 3 sería de gran ayuda”.

Asimismo, el general de brigada Patrick Costello, a cargo del 94.º Comando de Defensa Aérea y de Misiles, advirtió que algunas nuevas armas de drones de adversarios están copiando los avances tecnológicos de EE. UU., algo facilitado por la colaboración con Rusia y China.

“Recientemente, Corea del Norte presentó un UAV de reconocimiento multifuncional que utiliza una copia de ingeniería inversa de un misil Hellfire, similar a un RQ-4 y un MQ-9. Estamos atentos a las relaciones que están construyendo”, afirmó Costello. Además, mencionó que el Ejército acaba de completar una prueba de ingeniería con el proyectil de proximidad de alto explosivo XM1211 de Northrop Grumman, diseñado para detonar cerca de drones que intenten realizar maniobras evasivas.

La necesidad de EE.UU. de actualizar los sistemas de defensa

La creciente necesidad de mejores defensas contra drones en diferentes ubicaciones está añadiendo presión al Ejército para adaptarse más rápidamente, mientras cubre las necesidades de sus aliados. Un ejemplo es la decisión de octubre pasado de enviar dos sistemas Iron Dome a Israel.

Los equipos de la Fuerza de Tarea Multidominio del Ejército de EE. UU. en la región del Indo-Pacífico están desarrollando una capacidad completamente nueva para reemplazar esos Iron Domes: el sistema de Protección contra Fuego Indirecto – Microondas de Alta Potencia (IFPC-HPM), también de Epirus.

“Tenemos soldados probando el sistema allí. Lo usaremos en los próximos años. A medida que avancemos en el entrenamiento, pasaremos de una estructura de dos baterías Iron Dome a una estructura de tres baterías IFPC, lo que nos dará la capacidad equivalente a nueve pelotones”, afirmó. “Estamos observando atentamente lo que sucede en CENTCOM y UConn, tomando todas las lecciones posibles que podamos aplicar en nuestro teatro de operaciones”.

A pesar de esto, la defensa contra drones armados es más compleja que los propios drones de ataque robotizados, debido a factores que van más allá de la autonomía y la tecnología, como los crecientes desafíos burocráticos al intentar colaborar con más socios.

Todo esto subraya la necesidad de una mayor colaboración entre los servicios, el gobierno de EE. UU., los investigadores, la industria y los socios internacionales, señaló Stewart, jefe de la oficina antidrones. “Estoy impulsando un enfoque que involucre no solo al gobierno, sino a todo el país. Cuando hablamos de otros socios interinstitucionales, será fundamental la participación de la academia, el gobierno y también la industria”.

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Redacción
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