Casi tres años después de que la invasión de Ucrania por parte de Rusia generara la condena internacional, el presidente Vladimir Putin está organizando una cumbre con más de una docena de líderes mundiales, enviando un claro mensaje de que no está aislado, sino que cuenta con el respaldo de una coalición emergente de países.
La cumbre de tres días de los BRICS, que comenzó el martes en Kazán, suroeste de Rusia, es la primera reunión del grupo desde que se expandió para incluir a Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Etiopía e Irán. Putin se reunió con Xi Jinping de China, destacando que la relación entre sus países sirve como un “modelo” de cómo deben ser las relaciones entre estados.
Esta cumbre es la mayor reunión internacional organizada por Putin desde el inicio de la guerra en Ucrania y subraya una convergencia de países que buscan un cambio en el equilibrio global de poder y, en algunos casos, como Moscú, Pekín y Teherán, oponerse directamente a Occidente. Putin y Xi proyectarán el mensaje de que Occidente está aislado con sus sanciones, mientras que una “mayoría global” apoya un desafío al liderazgo estadounidense.
La intención de Putin es convertir al BRICS en el impulsor de un nuevo orden mundial
Putin elogió el aumento de la influencia política y económica de los BRICS como un hecho “indiscutible” y afirmó que, si estos países trabajan juntos, podrían convertirse en una parte clave de un nuevo orden mundial, aunque negó que los BRICS sean una “alianza antioccidental”.
La cumbre llega en un momento clave antes de las elecciones en Estados Unidos, donde una posible victoria de Donald Trump podría cambiar el apoyo firme de Washington a Ucrania y afectar las relaciones con sus aliados tradicionales. Según Alex Gabuev, del Centro Carnegie Rusia Eurasia, la cumbre ofrece a Putin la oportunidad de mostrar que Rusia no está aislada.
El conflicto en Medio Oriente, donde Israel lucha contra los grupos apoyados por Irán, también dominará las conversaciones, junto con la guerra en Ucrania. Putin ha invitado al líder palestino Mahmoud Abbas, y se espera que Rusia utilice el descontento global con el apoyo de Estados Unidos a Israel como argumento a favor de un orden mundial sin la hegemonía estadounidense.
China y Rusia han pedido un alto al fuego en el conflicto entre Israel y Hamás, mientras que Estados Unidos ha apoyado a Israel. Muchos de los asistentes a la cumbre ven esta situación como un ejemplo de por qué los BRICS deberían tener más influencia global. Además, China y Brasil podrían promover su propuesta conjunta de paz para la guerra en Ucrania, aunque esta ha sido criticada por el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, quien advirtió que beneficiaría a Moscú.
La cumbre también ofrece a Putin la oportunidad de reunirse en persona con líderes clave, incluido el recién incorporado Irán, que ha sido acusado de suministrar armas a Rusia, una alegación que ambos países niegan. Además, se espera que los líderes discutan cómo avanzar en la liquidación de pagos fuera del sistema dolarizado, un paso que ayudaría a Rusia a eludir las sanciones occidentales.
China y Rusia han intentado redefinir el grupo como una expresión de descontento frente al dominio occidental, pero los nuevos miembros podrían preferir una postura más pragmática y no ideológica para hacer crecer sus economías.
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Fuente: CNN World