Los vínculos económicos y comerciales entre los países que conforman el bloque BRICS continúan fortaleciéndose, con China desempeñando un papel central en la promoción de una cooperación mutuamente beneficiosa. Tras la reciente expansión del bloque, los BRICS representan cerca del 30% del PIB mundial, casi la mitad de la población global y una quinta parte del comercio internacional, convirtiéndose en una plataforma destacada para la cooperación entre mercados emergentes y países en desarrollo.
El comercio exterior de China con los países miembros del BRICS alcanzó los 4,62 billones de yuanes (648.000 millones de dólares) en los primeros nueve meses de 2024, lo que representa un aumento del 5,1% respecto al año anterior, según datos de aduanas.
Este crecimiento se atribuye a la fuerte complementariedad económica entre los miembros y al compromiso de China con una mayor apertura económica, incluyendo acuerdos de libre comercio con otros países BRICS, según Hong Yong, investigador de la Academia China de Comercio Internacional y Cooperación Económica del Ministerio de Comercio. Según Hong, la cooperación comercial entre los BRICS no solo facilita el intercambio tecnológico y la innovación, sino que también abre nuevas oportunidades de desarrollo para sus miembros y a nivel global.
Sectores productivos con alto crecimiento y potencialidad futura entre los BRICS
En el ámbito industrial, las exportaciones de China hacia los BRICS de acero y materias primas textiles aumentaron un 8,6% y un 13,4% interanual, respectivamente, en los tres primeros trimestres de 2024. Durante el mismo período, las exportaciones de bienes intermedios, como circuitos integrados, módulos de pantalla y componentes aeronáuticos, también mostraron un crecimiento de dos dígitos, contribuyendo al desarrollo de las industrias emergentes en los países miembros.
El comercio de productos agrícolas ha mostrado un rendimiento sólido. En los primeros tres trimestres, más del 80% de las aves de corral y el abadejo congelado y más del 50% de los cangrejos importados por China provinieron de países BRICS.
En el sector financiero, el Nuevo Banco de Desarrollo, uno de los proyectos más destacados del bloque, ofrece apoyo financiero a iniciativas de infraestructura, energía limpia, protección ambiental y ciberseguridad en los países del BRICS. Desde su creación, la institución ha aprobado préstamos por un total de 35.000 millones de dólares para más de 100 proyectos, que incluyen desde trenes urbanos en India hasta parques eólicos en Brasil.
El bloque BRICS, comprometido con el multilateralismo, ha tomado medidas concretas para potenciar la cooperación económica y comercial, así como para generar nuevas áreas de crecimiento, mediante la coordinación de políticas y acciones conjuntas que incrementen las oportunidades de inversión y comercio entre sus miembros.
En la XIV Reunión de Ministros de Economía y Comercio Exterior de los BRICS, realizada en Moscú en julio, se acordó fortalecer la cooperación en áreas emergentes como las cadenas de valor globales, las tecnologías digitales y las zonas económicas especiales, así como trabajar en estándares de productos ecológicos, documentación electrónica y comercio electrónico. Además, se destacó la importancia de intercambiar políticas, fortalecer capacidades y compartir mejores prácticas.
Pero, ¿podrá esta estrategia ser sostenible?
A la luz de las últimas noticias, la sostenibilidad de la cooperación económica y comercial entre los BRICS parece prometedora, pero estará condicionada por varios factores clave, aunque el bloque ha demostrado capacidad para expandirse y adaptarse, como lo reflejan las recientes cumbres y su creciente protagonismo en la economía global, el desafío apenas está comenzando.
Su futuro dependerá de cómo gestionen los desafíos actuales, como las tensiones geopolíticas, las presiones por el proteccionismo y la inestabilidad en algunos de sus miembros. A su vez, la propuesta de los BRICS para crear una nueva moneda común ha ganado relevancia en los últimos meses, especialmente en respuesta a la necesidad de reducir la dependencia del dólar estadounidense y fomentar una mayor autonomía financiera entre sus miembros. Aunque la iniciativa refleja un deseo compartido de fortalecer la cooperación económica y comercial, su viabilidad a largo plazo está en duda por varios especialistas.
Para ello, les será vital a los miembros del bloque corregir las divergencias en las políticas económicas y los niveles de desarrollo entre los países miembros, así como la necesidad de construir una infraestructura financiera robusta y estable para que estas iniciativas puedan llevarse a cabo de la manera correcta. Si bien la idea ha sido discutida ampliamente, aún no hay un consenso claro sobre su implementación y los pasos prácticos para su adopción. A futuro, el éxito de una moneda BRICS dependerá de la capacidad del bloque para alinear sus intereses económicos y estabilizar sus economías internas, en un contexto de alta volatilidad financiera.
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