Rusia habría suministrado datos de inteligencia para facilitar ataques de los rebeldes hutíes de Yemen a buques occidentales en el Mar Rojo, provocando serias alteraciones en una de las principales rutas de comercio mundial. La asistencia, transmitida a través de intermediarios iraníes, según fuentes europeas, refleja un cambio estratégico en Moscú al incrementar sus vínculos con actores no estatales en Medio Oriente, lo que contribuye a la inestabilidad en la región y a los esfuerzos de desestabilización global que buscan contrarrestar la influencia de Estados Unidos.

Esta acción, reportada por personas familiarizadas con el tema y funcionarios de defensa europeos, habría incluido el uso de datos satelitales rusos proporcionados a través del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán (IRGC), quien se encuentra aliado con los hutíes en Yemen. Los ataques se habrían iniciado hacia finales del año pasado como una respuesta a la situación en Gaza, y han intensificado la tensión en una ruta clave para el comercio global.

Impacto en el comercio global y la respuesta de Estados Unidos

La serie de ataques en una de las rutas marítimas más importantes del mundo ha desviado buques de sus rutas habituales, afectando tanto la seguridad como el comercio. Hasta la fecha, los ataques han obligado a numerosas embarcaciones a redirigir su trayecto hacia el Cabo de Buena Esperanza, una alternativa costosa y extensa. En agosto de 2024, el tráfico de petróleo por el estrecho de Bab al-Mandab –una vía estratégica que conecta el Mar Rojo con el océano Índico– registró una disminución del 77% en comparación con el mismo período en 2023, según datos de Windward, una empresa de inteligencia marítima.

Frente a esta situación, Estados Unidos ha reforzado su presencia en la región, comprometiéndose a proteger las rutas de navegación internacionales. En diciembre de 2023, se formó una coalición naval multinacional destinada a escoltar los buques que transitan por el estrecho. Además, en abril de 2024, el gobierno estadounidense destinó alrededor de 1.000 millones de dólares en municiones para neutralizar drones y misiles lanzados por los hutíes. También se han desplegado bombarderos B-2 Spirit para atacar los arsenales de estos rebeldes y evitar la escalada del conflicto en la zona.

Alianzas estratégicas de Rusia y el cambio en Medio Oriente

La intervención de Rusia en el conflicto del Mar Rojo se enmarca en una estrategia más amplia que busca fortalecer sus lazos militares y económicos con autocracias como Irán y Corea del Norte. Ambas naciones han proporcionado recursos clave para el esfuerzo bélico ruso en Ucrania, incluyendo municiones, drones y misiles, mientras que Corea del Norte habría enviado recientemente tropas para recibir entrenamiento en Rusia, lo cual ha generado preocupaciones en Corea del Sur y sus aliados en Asia Oriental.

En Medio Oriente, la relación de Rusia con Irán se ha fortalecido, marcando un alejamiento respecto a su histórica alianza con Israel. Este cambio en la política exterior rusa ha tensado aún más las relaciones en una región ya convulsionada, en la que Israel se enfrenta a grupos apoyados por Irán, como Hamás, Hezbolá y los hutíes.

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Fuente: The Wall Street Journal.

Redacción
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