Luego de que Kyiv anticipara hace algunas semanas una nueva y importante asistencia de Corea del Norte a Rusia, con el paso de los días, los servicios de inteligencia de países de la OTAN y de Corea del Sur finalmente confirmaron el envío de tropas de Pionyang a territorio ruso. Esta avanzada, que rondaría los 3.000 a 12.000 soldados, tendrá un sinnúmero de consecuencias que se posiblemente se aprecien en los campos de batalla, así como en los distintos actores que participan directa o indirectamente en el conflicto.
El envío de tropas a Rusia por parte de Corea del Norte es un nuevo hito en los planes de cooperación que establecieron ambos países en los últimos años, colaboración que sin duda ha sido impulsada por la guerra de Ucrania. Tanto Moscú como Pionyang han establecido sus prioridades en estos intercambios, iniciativas que se han materializado en la entrega de munición de artillería y misiles balísticos por parte de Corea del Norte, y transferencia de tecnología y entrenamiento por parte de Rusia. La rúbrica de un acuerdo de mutua defensa es uno de los últimos mojones en la relación que mantienen Vladimir Putin y Kim Jong-un
La asistencia del régimen norcoreano a Moscú ha sido de gran relevancia, como por ejemplo la oportuna entrega de millones de proyectiles de artillería, cesión que se mantiene y que permitió a las Fuerzas Armadas rusas sostener la superioridad de fuego en batallas claves. Pionyang también cedió a Moscú misiles balísticos de corto alcance, material que comenzó a ser utilizado a fines del 2023 y en el transcurso de este año como parte de la ofensiva rusa contra objetivos críticos ucranianos.
Pese a que la entrega de material se entiende en un contexto de necesidad, tanto por el aislamiento ruso y norcoreano como por los requerimientos constantes provenientes de los campos de batalla, la decisión de Corea del Norte de enviar tropas no deja de ser una decisión que ha llamado la atención y es seguida de cerca por distintos actores. Las especulaciones que giran en torno a este resolución van desde un guiño por parte de Pionyang a Moscú, a un pedido ruso para contar con tropas frescas adicionales, solicitud que se podría haber generado ante el desgaste y pérdidas sufridas en los últimos meses.
La posición de Corea del Norte no solo ha encendido luces de alarma entre los aliados de Ucrania, sino que también ha estado bajo la atenta mirada de China. Históricamente, Pekín y Pionyang han mantenido estrechas relaciones, con el gigante asiático jugando un rol preponderante en lo que refiere a influencia y protección del régimen. Sin embargo, el acercamiento con Rusia, plasmado en nuevos acuerdos mutuos de defensa, podría erosionar la posición china y fortalecer la de Moscú como aliado más cercano.
Por su parte, Corea del Sur también ha seguido con atención el despliegue de tropas norcoreanas en Rusia. Informes de los servicios de inteligencia surcoreanos señalaron hace algunos días que hay alrededor de 3.000 soldados de Corea del Norte en Rusia, cantidad que podría expandirse en el corto plazo a unos 10.000. Otro punto relevante informado por Corea del Sur fue que 1.500 de los mencionados efectivos pertenecerían a unidades de operaciones especiales.
Conforme a los reportes de Corea del Sur, las tropas norcoreanas están completando un proceso de adaptación en diversas instalaciones militares en Rusia, fase preparatoria esencial si se pretende que las formaciones de Corea del Norte operen junto a sus pares rusas.
La presencia de tropas norcoreanas en Rusia abre la puerta a que Seúl se convierta en nuevo proveedor de armamento a Ucrania, con la posibilidad de suministrar directamente proyectiles de artillería, vehículos de combate de artillería K9 Thunder (armados con cañones de 155mm), tanques K2 BLack Panther e incluso sisetmas lanzacohetes múltiples Chunmoo. Otra opción puesta sobre la mesa es la posibilidad de que asesores de Corea del Sur sean desplegados en Ucrania a los fines de evaluar las tácticas y capacidades de combate de los soldados de Corea del Norte.
Desafíos en el campo de batalla
El despliegue de formaciones norcoreanas en los campos de batalla de Kursk y Ucrania plantea diversos desafíos. A modo de ejemplo, el Batallón Especial Buriato, organizado dentro de la 11ª Brigada de Asalto Aerotransportado Separado de las Fuerzas Armadas Rusas, contaría con hasta 3.000 tropas norcoreanas. Sin embargo, su desplazamiento a las zonas de combate requerirá de coordinaciones elementales a los fines de evitar que se sufran severas pérdidas ante los primeros combates.
Desde la barrera idiomática, vital para las comunicaciones, pasando por equipamiento, cadena logística, tácticas, técnicas y procedimientos, entre otros aspectos, la integración de tropas norcoreanas con formaciones de combate rusas no será una simple tarea. Particularmente si la intención es que estas tropas frescas no sufran severas bajas en lo que es considerado un campo de batalla de alta intensidad, con ataques de artillería y aéreos, así como los omnipresentes drones.
Hace unos días, desde los servicios de inteligencia ucranianos se alertó que las primeras unidades norcoreanas serían desplegadas Kursk, frente crítico para Moscú ya que pese al paso del tiempo, no ha logrado estabilizar las líneas ni mucho menos desalojar a las fuerzas ucranianas. Sin embargo, otra opción es un despliegue en el frente oriental, el cual podría facilitar la integración de las tropas norcoreanas gracias a los avances constantes de las fuerzas rusas.
De momento, solo se ha confirmado el desplazamiento de tropas de Corea del Norte, por lo que todo lo referido a equipamiento recaerá sobre las existencias rusas. Desde armamento ligero, pasando por vehículos blindados, artillería y otros medios de apoyo. Sin embargo, una gran señal que cambiaría la ecuación sería el desplazamiento del material mencionado proveniente de Corea del Norte.
Teniendo en cuenta las advertencias elevadas desde diversos sectores, así como algunos de los factores mencionados, la presencia de 12.000 soldados norcoreanos no alteraría drásticamente la situación en los distintos frentes. Pero su despliegue puede ser un primer paso para que Pionyang se decida a ampliar su participación en el conflicto, no solo por la asistencia a Moscú, sino con la intención de ganar experiencia en combate, pensando en un potencial conflicto con Corea del Sur.
Imagen de portada ilustrativa. Créditos: KCNA
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