En la cumbre de los BRICS celebrada en Kazán, Rusia, el presidente Vladimir Putin planteó una estrategia de pagos internacionales alternativa, desafiando la estructura financiera global dominada por el dólar estadounidense. En su discurso, Putin acusó a los países occidentales de instrumentalizar el dólar como arma geopolítica, refiriéndose a las sanciones impuestas a Rusia desde su invasión de Ucrania en 2022. Estas sanciones no solo afectaron el comercio exterior y las operaciones financieras rusas, sino que también redujeron la confianza en la moneda estadounidense, promoviendo un sentimiento global de escepticismo hacia el dominio del dólar. La instrumentalización política de una divisa, y el dólar en particular, es uno de los grandes activos de economía política que cuenta los EE UU. Sin embargo, las externalidades de dejarlo de utilizarlo como unidad monetaria siguen siendo altas.
BRICS Bridge
El plan de Putin se basa en una nueva plataforma llamada “BRICS Bridge”, la cual emplea blockchain y monedas digitales como herramientas para reemplazar el sistema Swift, utilizado para gestionar pagos bancarios a nivel internacional. Al ofrecer una alternativa a Swift, este sistema de pagos busca permitir transacciones directas entre los países miembros del grupo BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) y otros estados emergentes, sin la necesidad de recurrir al dólar o al euro. Este movimiento refleja un creciente interés de economías no occidentales, como China, Irán e incluso Arabia Saudita, en explorar sistemas financieros que disminuyan su exposición a sanciones y a la influencia económica de Estados Unidos.
Durante la cumbre, Putin enfatizó que Rusia no busca confrontar al dólar, sino que se ve obligada a buscar alternativas al ser excluida de este sistema. Aunque las intenciones rusas recibieron cierto apoyo diplomático, la materialización de este proyecto enfrenta retos considerables. A pesar del interés general de los asistentes, como el presidente chino Xi Jinping y el primer ministro indio Narendra Modi, las acciones concretas hacia un sistema de pagos compartido aún son limitadas. La cumbre evidenció que, aunque Rusia intenta ganar respaldo internacional, algunos participantes parecen más interesados en fortalecer relaciones bilaterales que en una agenda unificada de los BRICS.
Las sanciones impuestas por EE. UU. frenaron la disposición de algunos países a involucrarse plenamente en esta iniciativa. Desde que el gobierno estadounidense emitió una orden ejecutiva en diciembre de 2023, alertando que cualquier asociación financiera con Rusia podría acarrear sanciones, varias instituciones bancarias en países como Turquía y China han disminuido su colaboración con Rusia, limitando las capacidades de Moscú para expandir su sistema de pagos. Esta amenaza resultó en una reducción significativa de importaciones rusas, evidenciando la efectividad de las sanciones en impedir que Rusia pueda construir un sistema financiero independiente.
Un aspecto destacado de la cumbre fue la introducción simbólica de billetes prototipo de una posible moneda de los BRICS. Sin embargo, los detalles sobre su implementación siguen siendo escasos y los expertos estiman que, aunque un sistema como el “BRICS Bridge” podría en teoría brindar un mecanismo para ocultar ciertas transacciones de la vigilancia occidental, aún enfrenta numerosos obstáculos.
Algunas conclusiones sobre el impacto en la economía global
Los países de los BRICS plantearon una agenda de oposición política al liderazgo europeo y estadounidense. Sin embargo, no plantearon alternativas prácticas o una agenda detallada sobre cómo procederán con estas iniciativas. Lo cierto es que los BRICS incluye a un conjunto de países que, desde el punto de vista de las Relaciones Internacionales, promueven una política exterior realista, o basada en fuertes intereses nacionales. Irán, Etiopía, Rusia, China e India tienen sus propios objetivos de gran estrategia difícil de complementar.
Hoy los desafíos globales requieren de medidas comunes, en base a instituciones ya creadas como el FMI o el BM. El iniciar nuevas instituciones requiere de una curva de aprendizaje difícil de acortar, mucho tiempo y también gran cantidad de dinero. Las instituciones ya existen, pero hay fallas institucionales que impiden sus reformas, y por ende, también resultados. La contrarrespuesta a través de los BRICS no parece ser la alternativa más eficaz a la hora de responder a los problemas globales.
En las últimas columnas repasamos varios de los temas globales, tanto financieros como también comerciales. Los organismos multilaterales que surgieron luego de la Segunda Guerra Mundial se encuentran evaluando alternativas para mejorar el frágil orden global. La diversificación de órdenes atenta contra cualquier intento de generar respuestas que se trasladen en beneficios de toda la sociedad. En este análisis debe quedar de lado el Nuevo Banco de Desarrollo, probablemente la política con mayor potencial de los BRICS.
En la Cumbre de Kazán, pudimos observar la dinámica política de la economía. Si bien los resultados económicos de la Cumbre son magros, debemos pensar que esta dinámica contestataria al statu quo se mantendrá, y posiblemente se acentuará. Las autoridades monetarias, financieras y económicas del sector público y privado lo tienen en cuenta. Y los empresarios pequeños y medianos también deben evaluarlo.
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