Hay expectativas detrás de la aproximación de un posible anuncio sobre un acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y el Mercosur, después de 25 años de negociaciones complejas. Algunos funcionarios aseguran que esto ocurrirá antes de que finalice el año, aunque sus opositores, encabezados por Francia, están intensificando su resistencia.
Sophie Primas, ministra delegada de Comercio Exterior de Francia, comentó a AFP que “para los franceses, y otros Estados, actualmente no se dan las condiciones para firmar en las próximas semanas”. Para ella, la posibilidad de que se firme el acuerdo durante la cumbre del G20 es “muy hipotética”. Además, enfatizó que “si la ratificación del tratado se hiciera en contra de la opinión de Francia, sería una ruptura abierta de la confianza que los franceses tienen en Europa”.
Francia demanda que cualquier acuerdo eventual respete los compromisos nacionales relacionados con los acuerdos climáticos de París y que proteja los intereses de las industrias y agricultores europeos. Por su parte, el Ministerio de Comercio e Industria de Brasil reafirmó “la expectativa de que el acuerdo pueda ser concluido aún este año”. Hace una semana, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, uno de los principales promotores del acuerdo, declaró que “estamos muy cerca de cerrarlo”.
La postura argentina respecto al acuerdo
Marcelo Cima, embajador argentino y secretario de Relaciones Económicas Internacionales en la cancillería argentina, destacó el “buen ambiente” en las conversaciones entre ambos bloques. Si bien expresó que no podía asegurar un anuncio durante la cumbre del G20, mencionó que “hay un muy buen ambiente” para continuar avanzando.
Cima también recordó que el acuerdo se basa en tres pilares: uno político, uno de cooperación y uno de comercio y acceso a mercados, que son partes inseparables del tratado. Un diplomático sudamericano sugirió que el acuerdo podría ser anunciado durante la cumbre del Mercosur programada para el 6 de diciembre, y el propio Sánchez hizo referencia a esta posibilidad.
Detalles del acuerdo comercial
El acuerdo UE-Mercosur crearía un mercado de aproximadamente 800 millones de habitantes y tiene como objetivo eliminar aranceles sobre más del 90% de los productos de la UE que se exportan al Mercosur.
Un tema crítico es la posibilidad de que el acuerdo permita la entrada anual de unas 100.000 toneladas de carne vacuna de los países del Mercosur, lo que ha generado preocupación entre los productores franceses. Sin embargo, fuentes sudamericanas argumentan que este volumen sería insuficiente para distorsionar un mercado del tamaño del europeo.
Además, organizaciones no gubernamentales advierten que el acuerdo podría incentivar la deforestación para la cría de ganado. Según la Unión Europea, actualmente “más de 850.000 puestos de trabajo en la UE están relacionados con las exportaciones a Brasil”, y “empresas del Mercosur emplean a más de 30.000 personas” en el bloque europeo.
En 2019, se anunció el final de la fase de negociaciones y la firma de un acuerdo de asociación estratégica, pero surgieron nuevos obstáculos, como la adopción de legislación en la UE que exige compromisos ambientales, lo que llevó a la reapertura de ciertos capítulos del texto. Los países del bloque sudamericano también pidieron actualizaciones en partes del acuerdo, lo que prolongó las negociaciones.
Argentina debe aprovechar esta oportunidad para cohesionar al Mercosur y continuar expandiendo sus mercados
La prolongada negociación del acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y el Mercosur pone de relieve las fallas estructurales del bloque sudamericano. A pesar de la importancia del acuerdo, el Mercosur ha sido criticado por su lentitud y falta de flexibilidad, factores que han obstaculizado su capacidad para adaptarse a un entorno global en constante cambio, lo cual no solo limita la competitividad de los países miembros, sino que también impide que el bloque aproveche las oportunidades comerciales que surgen.
Además, como viene resaltando Escenario Mundial, la heterogeneidad de las políticas comerciales y económicas de sus miembros es una de las principales debilidades del Mercosur. Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay tienen prioridades y enfoques divergentes, lo que complica la formulación de estrategias comunes y la adopción de decisiones consensuadas. Esta falta de homogeneidad se traduce en una debilidad frente a potencias comerciales como la Unión Europea y otros bloques comerciales como el Consejo de Cooperación del Golfo y la Asociación Europea de Libre Comercio.
La incapacidad del Mercosur para establecer políticas coherentes y coordinadas no solo afecta su relevancia en el escenario internacional, sino que también retrasa el desarrollo económico de la región. En un contexto donde el comercio internacional y las alianzas estratégicas son fundamentales, el bloque se encuentra en una encrucijada. Si no logra modernizar sus estructuras, aumentar su flexibilidad y armonizar las políticas entre sus miembros, corre el riesgo de convertirse en un actor irrelevante en un mundo cada vez más competitivo.
Es evidente que la falta de agilidad y la diversidad de enfoques dentro del Mercosur son obstáculos que limitan su potencial y que deben ser abordados urgentemente si se desea avanzar en la integración económica y en acuerdos significativos como el que se negocia con la Unión Europea. La oportunidad de cerrar el acuerdo de libre comercio podría ser un llamado de atención para que el Mercosur reevalúe su funcionamiento interno y busque una verdadera integración que beneficie a todos sus miembros.
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