Estados Unidos ha aumentado su presencia militar en Medio Oriente con el despliegue de bombarderos B-52 y unidades navales. Esto ocurre en un contexto de crecientes tensiones con Irán, que recientemente amenazó con un nuevo ataque contra Israel. Este refuerzo, anunciado por el Mando Central de EE. UU., apunta a disuadir posibles acciones hostiles de Teherán y sus aliados en la región.

Refuerzos estratégicos ante un contexto de seguridad complejo

La decisión de enviar bombarderos B-52, junto con otros despliegues, reafirma el apoyo de Washington a Israel y a sus aliados en un momento de gran inestabilidad. El Secretario de Defensa de EE. UU., Lloyd Austin, ordenó este despliegue mientras se rotan los portaaviones en la zona. Actualmente, el portaaviones USS Abraham Lincoln y su grupo de combate regresan a su base en San Diego, mientras el USS Harry S. Truman y tres destructores avanzan hacia el mar Mediterráneo. Esto podría generar un vacío temporal en la presencia de portaaviones en Medio Oriente.

Para compensar esta posible ausencia, se han enviado destructores adicionales, equipados para interceptar misiles balísticos, desde el Indo-Pacífico y Europa.

CENTCOM en X: “Los bombarderos estratégicos B-52 Stratofortress del 5.º Ala de Bombardeo de la Base Aérea de Minot llegaron al área de responsabilidad del Comando Central de EE. UU.”

Un despliegue de disuasión para Teherán

Este aumento de tropas coincide con las operaciones de Israel en Gaza y los enfrentamientos con Hezbolá en la frontera libanesa, aumentando el riesgo de un conflicto mayor en la región. Además, los ataques de los hutíes de Yemen en el Mar Rojo representan una amenaza adicional para los intereses y aliados de Estados Unidos en Medio Oriente. Ante esto, Washington ha reiterado su compromiso de defender tanto a Israel como a su propio personal en la zona, usando estos refuerzos para reducir tensiones y evitar escaladas.

Contexto reciente de ataques y amenazas

En el último mes, Irán lanzó un masivo ataque con misiles balísticos contra Israel, que fue respondido con bombardeos israelíes a infraestructuras militares en Irán, incluidas defensas antiaéreas y radares. Esta serie de ataques ha intensificado las tensiones, aumentando la presión sobre las relaciones de Irán con Estados Unidos y sus aliados.

El bombardero B-52, diseñado para misiones de largo alcance y con capacidad nuclear, es una herramienta de advertencia habitual de Washington hacia Irán. Este es el segundo despliegue de bombarderos estratégicos en Medio Oriente este mes. Anteriormente, bombarderos B-2 llevaron a cabo ataques contra posiciones hutíes en Yemen.

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Redacción
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