La ONU se está preparando para la transformación del campo de batalla ante el avance de la inteligencia artificial. Las tecnologías emergentes han modificado profundamente el ámbito del control de armamentos, presentando numerosos desafíos y algunas oportunidades para frenar la expansión de armas de destrucción masiva, según representantes de cinco agencias de desarme vinculadas a la ONU.

La ONU discute el avance de la inteligencia artificial

El 25 de octubre, durante la sesión de la Primera Comisión de la Asamblea General de la ONU (el principal órgano de desarme de la organización), los delegados discutieron cómo el avance de la inteligencia artificial, los drones de fácil acceso, las tecnologías avanzadas de reactores y otros desarrollos afectan su labor de controlar la proliferación de armas y materiales peligrosos.

Por ejemplo, la accesibilidad de modelos de lenguaje de gran tamaño como ChatGPT podría facilitar a terroristas o estados rebeldes el acceso a instrucciones para la fabricación de armas químicas, señaló Hong Li, de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas.

La OPAQ, con sede en La Haya (Países Bajos), implementa la Convención sobre las Armas Químicas, ratificada casi universalmente, y ha supervisado la destrucción de todos los arsenales de armas químicas declarados en 193 países, un esfuerzo que le valió el Premio Nobel de la Paz en 2013. Solo tres países miembros de la ONU (Egipto, Corea del Norte y Sudán del Sur) no han firmado la convención.

Es “fundamental” monitorear los avances en los sistemas de lanzamiento, comentó Li. Los drones económicos, especialmente los diseñados para la agricultura y equipados con tanques para líquidos y pulverizadores, “pueden ser fácilmente adaptados para el lanzamiento de armas químicas, lo que nos plantea nuevos desafíos”, añadió.

Nuevo grupo de trabajo especializado en IA

Para adaptarse, la OPAQ ha creado un grupo de trabajo temporal sobre inteligencia artificial que comenzará en 2025 por un período de dos años. Su misión será evaluar de manera sistemática el impacto de esta tecnología emergente en el ámbito de las armas químicas, mientras explora cómo la organización podría utilizarla para avanzar en sus objetivos de un mundo libre de armas químicas.

Por su parte, el Organismo Internacional de Energía Atómica, con sede en Viena, es responsable de vigilar las instalaciones nucleares a nivel mundial para asegurar que el material fisible no se desvíe para fabricar bombas atómicas mediante un sistema de salvaguardias.

Para mantenerse al tanto de los avances, la agencia cuenta con un equipo especializado en previsión tecnológica, explicó Tracy Brown, oficial de enlace e información pública. Su equipo monitoriza los nuevos desarrollos en el campo nuclear, diseñando herramientas y técnicas para detectar intentos ilícitos de desarrollo de armas nucleares.

En la última década, la cantidad de material nuclear bajo las salvaguardias de la agencia ha aumentado un 25%, dijo Brown. Con recursos limitados, esto requiere asignar de manera eficiente el tiempo de los inspectores.

El rápido aprendizaje de la inteligencia artificial en sistemas informáticos

El aprendizaje automático ha facilitado este proceso, permitiendo una “vigilancia por video más eficiente y efectiva” en las instalaciones nucleares, según Brown. Los sistemas informáticos son capaces de señalar eventos relevantes, como cuando un barril que contiene material radiactivo es retirado inesperadamente, y activar alarmas para que el personal humano revise manualmente el caso.

La agencia también ha desarrollado sus propios modelos de inteligencia artificial para examinar información disponible públicamente en busca de material relevante para detectar actividades nucleares ilícitas, reveló Brown. Los datos de código abierto incluyen reportes de noticias, artículos científicos, imágenes satelitales y señales captadas por sensores remotos, que serían laboriosos de analizar manualmente.

De manera similar, la Organización del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares, también con sede en Viena, ha estado empleando el aprendizaje automático para entrenar a sus sistemas computacionales a utilizar los datos que recopila su red de monitoreo global para identificar pruebas nucleares de forma más rápida y precisa, en un programa llamado NET-VISA.

La red de 306 estaciones de la CTBTO en todo el mundo fue fundamental para detectar y confirmar las pruebas nucleares de Corea del Norte desde 2006, además de desmentir rumores de una posible prueba iraní tras terremotos registrados en el centro del país a principios de este mes. NET-VISA se pondrá a disposición de los estados parte del tratado para fortalecer también sus capacidades nacionales, afirmó José Rosenberg, oficial de enlace superior de la organización.

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Redacción
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