Una reciente investigación de WIRED reveló que, durante la era de Donald Trump en la presidencia, Estados Unidos intentó derrocar a Nicolás Maduro como presidente de Venezuela. Diversos ex funcionarios entrevistados en condición de anonimato afirmaron que desde la CIA se llevaron a cabo múltiples esfuerzos, como un hackeo al sistema de nómina militar del país, luchas internas desde la embajada, e incluso una “posible opción militar, si fuera necesario”.
Cabe recordar el 26 de septiembre de 2018, cuando Maduro se presentó en la Asamblea General de las Naciones Unidas. Luego de él, Trump subió al mismo podio y comenzó a hablar sobre la situación de Venezuela. Calificó lo que ocurría como una “tragedia humana”, denunció el “sufrimiento, la corrupción y la decadencia” de los regímenes comunistas y socialistas, e incluso anunció nuevas sanciones.
Desde ese momento, las tensiones aumentaron. En ese tiempo, Maduro afirmó que sobrevivió a un atentado contra su vida por parte de dos drones desde Estados Unidos. Lo cierto es que múltiples acciones de derrocar al funcionario venezolano se llevaron a cabo públicamente de manera diplomática, aunque se puso un marcha un plan más seguro: una campaña de cambio de régimen desde la CIA.
Los detalles de la campaña de la CIA contra Venezuela
El objetivo de esa campaña era llevar a cabo una operación de sabotaje digital contra Maduro en 2019, aunque terminó fallando. No obstante, un gran punto de partida ayudó a que la administración de Trump supiera por donde empezar: el ascenso del líder de la oposición venezolana Juan Guaidó, que ayudó a cimentar la convicción de seguridad nacional de Estados Unidos. Así, la administración lo reconoció como el líder interino legítimo de Venezuela e instó a otros países a hacer lo mismo.
En ese momento, Trump recurrió a la CIA para alcanzar su objetivo, agencia que creó un Grupo de Trabajo sobre Venezuela. Uno de los primeros objetivos era hackear las redes del gobierno venezolano y otros objetivos de infraestructura con fines de recopilación de inteligencia, trabajando en objetivos de alto perfil. Otro camino fue crear un ciberataque al sistema de nómina administrado por el Estado, utilizado para compensar a los miembros del ejército de Venezuela. Este accionar fue exitoso, ya que buscaba “empujar a los oficiales militares venezolanos tambaleantes al bando de Guaidó”.
También hubo otras variables, como la campaña de influencia para difundir contenido pro democracia en línea en Venezuela. El programa de “promoción de la democracia”, sin embargo, no prosperó. Comenzaron a aparecer más grietas entre la administración de Trump y la CIA, ya que muchos funcionarios no estaban contentos con los resultados. Para muchos, la CIA se oponía al gobierno y sus objetivos.
Las disidencias entre la Administración y la CIA
Pese a todo, los funcionarios de la administración siguieron presionando a la CIA y al Pentágono para llevar a cabo acciones más combativas. Algunos agentes especiales estadounidenses debían realizar operaciones de sabotaje dentro de Venezuela, aunque había oposición para desplegar tropas estadounidenses sobre el terreno en el país.
La situación empeoraba, y a finales de marzo del 2019 el secretario de Estado, Mike Pompeo, decidió cerrar la embajada de Estados Unidos en Caracas. Allí apelaron a que el personal diplomático recibía amenazas violentas por parte del régimen de Maduro, aunque tampoco funcionó el discurso. “Hubo un puñado de sabotajes y cosas cibernéticas que se hicieron, pero fue demasiado poco y demasiado tarde”, destacó un ex funcionario entrevistado por WIRED.
El Grupo de Trabajo de Venezuela comenzó a debilitarse, y tuvo un enfoque distinto cuando llegó Joe Biden a la presidencia de Estados Unidos. En octubre de 2023, Washington se mostró preocupado por el aumento de los precios del gasoil y la crisis de refugiados. Además, intentaba separar a Venezuela de la órbita de China, Rusia e Irán. Por esa razón, Estados Unidos negoció un acuerdo con Maduro a cambio de aceptar elecciones presidenciales libres y justas en julio de 2024, entre otras cuestiones. Maduro no lo cumplió, por lo que Biden volvió a imponer sanciones.
En la actualidad…
Según diversas fuentes, hoy la agencia y la inteligencia de Estados Unidos tiene “mucho mejor acceso” a todo lo relacionado con Venezuela, y hasta consideran que “podría haber algún beneficio en el futuro”. La pregunta definitiva es si una segunda administración de Trump, o una futura presidencia de Harris, podría llevar a cabo el objetivo de derrocar a Maduro efectivamente.
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