El gobierno argentino ha decidido retirar su contingente de cuatro militares de la Fuerza de Paz Provisional de las Naciones Unidas (ONU) para el Líbano (UNIFIL), una misión de paz con más de cuatro décadas de historia en una región marcada por tensiones. Esta decisión responde a una orden directa del presidente Javier Milei. La salida de los cascos azules argentinos se enmarca en un contexto complejo de política exterior y cambios diplomáticos en Argentina.
Contexto de la misión UNIFIL y su situación actual en el Líbano
La UNIFIL fue creada en 1978 por el Consejo de Seguridad de la ONU, con el fin de contener los conflictos en el sur del Líbano tras la primera incursión militar de Israel en el territorio. La fuerza ha contado desde entonces con la participación de diversos países, entre ellos Italia, Francia, España, China e India, quienes aportan la mayor cantidad de efectivos para monitorear el cese de hostilidades entre Israel y el grupo Hezbollah. Recientemente, la misión fue blanco de ataques de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) en su campaña contra Hezbollah, lo que provocó una serie de incidentes que derivaron en la herida de más de una docena de soldados de paz. La ONU y la comunidad internacional condenaron estos ataques, describiéndolos como “escandalosos” y en violación de las normativas internacionales.
Argentina se sumó a la misión UNIFIL en 2022 a través de un acuerdo con el gobierno de España, bajo la administración del entonces presidente Alberto Fernández. Sin embargo, la relación entre ambos países ha atravesado tensiones desde la llegada de Javier Milei a la presidencia, quien ha sido crítico con las políticas del presidente español Pedro Sánchez. La reciente reposición del embajador español en Buenos Aires muestra un intento de normalizar las relaciones bilaterales, aunque el contexto de la decisión de retirada de Argentina de la UNIFIL pueda interpretarse como una señal diplomática de distancia.
El impacto en la política exterior y las misiones de paz argentinas
El retiro del personal argentino de la UNIFIL no es un hecho aislado. Argentina ha contribuido a un total de 17 misiones de mantenimiento de la paz en el mundo. Actualmente, el país participa en siete misiones activas: en Chipre, Sahara Occidental, República Centroafricana, India, Pakistán, Colombia y, hasta ahora, Líbano. La decisión de retiro del contingente en UNIFIL sugiere una posible redefinición de las prioridades de Argentina en su política exterior y de defensa, centrada en fortalecer relaciones bilaterales estratégicas y en seleccionar sus compromisos de manera más específica.
Esta retirada se conoce en medio de un recambio en la Cancillería, tras la salida de Diana Mondino, quien dejó su cargo luego de que el voto argentino apoyara una resolución en la Asamblea General de la ONU condenando el embargo estadounidense a Cuba. En su reemplazo, el embajador en Washington, Gerardo Werthein, asumirá el cargo en un intento de reorganizar la política exterior del país y gestionar relaciones que han demostrado ser particularmente sensibles en el último tiempo.
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